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México despeja el camino para la construcción de aeropuerto en base militar

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EFE

La construcción de un nuevo aeropuerto civil en la base militar de Santa Lucía a las afueras de Ciudad de México, que sustituya al polémico proyecto de Texcoco, ha quedado definitivamente despejado y en unas semanas comenzaran las obras.

“Iniciamos ya en enero los estudios para el aeropuerto de Santa Lucía. Y la maquinaria pesada, sino recuerdo mal, será en marzo”, dijo hoy el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

En su rueda de prensa matutina, el presidente líder explicó que muy pronto comenzará la construcción de una nueva pista y de la vía de comunicación entre el actual aeropuerto capitalino con la nueva terminal.

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“En tres años vamos a contar con tres pistas en Santa Lucía”, pronosticó el mandatario, que estimó un ahorro de hasta 100.000 millones de pesos (5.015 millones de dólares) de este proyecto, frente al de Texcoco, una obra de 13.300 millones de dólares.

Parte del buen avance de este proyecto, dijo hoy López Obrador, se debe a la buena oferta de recompra de bonos del anterior aeropuerto capitalino.

El “apoyo abrumador” de tenedores de bonos del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) a la propuesta de las autoridades financieras mexicanas redujo la incertidumbres sobre el futuro del sistema aeroportuario de la capital mexicana, según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

El Gobierno mexicano agradeció la cooperación de los inversionistas para asegurar el resultado exitoso de la transacción de bonos del Fideicomiso del Aeropuerto de la Ciudad de México (MEXCAT).

Al respecto, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero del Banco Base, dijo a Efe que la respuesta de la propuesta de Hacienda a los tenedores de los bonos tuvo como beneficio una “menor incertidumbre en el mercado local”.

Esto permite que el Gobierno mexicano pueda cancelar el proyecto del aeropuerto en Texcoco “sin elevar el riesgo de presionar las finanzas públicas ante un posible incumplimiento” en la deuda emitida”, comentó.

El aeropuerto de Texcoco, una obra de unos 13.000 millones de dólares, fue cancelado por el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador después de una consulta ciudadana polémica que favoreció la conversión civil de la base militar de Santa Lucía.

Ya superado el tema financiero del nuevo aeropuerto, el Gobierno de López Obrador tiene luz verde para el proyecto de Santa Lucía, mismo que funcionará como parte de un sistema que incluye los actuales aeropuertos de la Ciudad de México y de Toluca.

Las previsiones del Gobierno mexicano apuntan a que la reforma del aeropuerto de Ciudad de México costará unos 3.000 millones de pesos (156,4 millones de dólares), otros 1.000 y 2.000 millones (50,1 y 100,3 millones de dólares) el de Toluca, este último en el central Estado de México y a 70 kilómetros de distancia de la terminal capitalina.

En su conferencia de prensa cotidiana, el presidente mexicano mostró su beneplácito por el acuerdo de compra de los bonos porque así “se pudo llegar a un arreglo sin especulación y con la libertad del Gobierno de tomar la decisión que más convenga en cuanto al aeropuerto”.

López Obrador informó que la construcción del aeródromo civil en Santa Lucía estará a cargo del Ejército Mexicano al considerar que su personal tiene la capacidad para hacerlo además de que los recursos ya están previstos en el presupuesto de gasto del 2019.

Para el sistema aeroportuario de la capital mexicana se tienen contemplados en el presupuesto del año próximo unos 18.000 millones de pesos (902,7 millones de dólares), señalaron fuentes de la Secretaría de Hacienda.

El subscretario de Hacienda, Arturo Herrera, confirmó a la prensa mexicana que esta inversión se distribuirá entre las terminales aéreas de la Ciudad de México y Toluca y “una parte para el potencial aeropuerto de Santa Lucía.

Herrera explicó que en principio, el Gobierno de México le ha asignado la obra al Ejército porque los terrenos están en una zona militar.

“El actual aeropuerto de Santa Lucía es un aeropuerto militar, cualquier obra que se inicie allí es una obra que se está haciendo en un terreno de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)”, indicó.

La decisión del Gobierno mexicano de dar la construcción de Santa Lucía al Ejército deja fuera del negocio, por ahora, a las grandes empresas constructoras del país, que estaban a cargo del NAIM, cuyos trabajos están semiparalizados.

Aunque estas empresas, entre ellas el Grupo Carso del multimillonario mexicano Carlos Slim, no se han pronunciado al respecto, la Administración de López Obrador ha abierto la posibilidad de que sus convenios sean dirigidos a otras obras de infraestructura como el Tren Maya, que se construirá en el sureste del país.

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