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Cuatro ganadores del Planeta hablan sobre cómo el galardón cambió sus vidas

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EFE

?Son los premios un punto y aparte en la carrera de un escritor? ?Cómo condicionan a la hora de afrontar la siguiente novela? Sobre estas y otras preguntas reflexionaron hoy los escritores Carmen Posadas, Jorge Zepeda Patterson, Javier Sierra y Santiago Posteguillo.

En una mesa celebrada en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, los cuatro autores, ganadores del Premio Planeta, coincidieron en que este logro fue un cambio trascendental en sus vidas.

“Para mí hubo un antes y un después; antes de ganar el premio se me traducía a cuatro, cinco idiomas, ahora a 25”, señaló Posadas, ganadora en 1998 por “Pequeñas infamias”.

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De acuerdo con la escritora, nacida en Uruguay y nacionalizada en España, lo positivo de los galardones es que facilitan el acercamiento a más lectores.

“Creo que todos escribimos para el público, porque si no, nos dedicaríamos a editar un diario íntimo y ahí acabaría la cosa”, valoró.

El español Posteguillo, el más reciente premio Planeta por “Yo, Julia”, coincidió con Posadas, porque desde su nombramiento, dijo, ha encontrado nuevos lectores.

“Yo hago novela de género, histórica y además estoy empecinado en un mismo periodo histórico; entiendo que haya lectores que hayan pensado que es un tipo de novela que no les interesa, y es algo que me costaba mucho romper”, contó.

En el caso de Zepeda Patterson, el reconocimiento -en 2014, por “Milena o el fémur más bello del mundo”- confirmó la vocación del mexicano como escritor, alrededor de la cual todavía tenía muchas dudas.

“Me manejaba mucho a medio camino entre el periodismo y la ficción, y representó un espaldarazo vocacional, la confirmación de que había que entrar en esto”, defendió.

Entre risas, el español Sierra relató que su madre fue la razón por la que se presentó al Planeta en 2017, con “El fuego invisible”.

A lo largo de diez años, “mi nombre siempre salía en las quinielas”, aunque no hubiera participado en la convocatoria, por lo que mi madre, al día siguiente de la concesión del premio, siempre “llamaba por la mañana para decirme: ‘hijo, has vuelto a perder’”.

“Esto generaba una presión interna que a veces era insoportable; al final decidí presentarme para al menos (si no ganaba) decirle a mi madre que lo había intentado”, indicó.

Sierra destacó que otra cosa relevante del Planeta es que “convierte el lanzamiento de un libro en la gran noticia, y eso no ocurre nunca con la presentación de un libro en España”.

Mientras que Posadas dio su perspectiva del reconocimiento desde el otro lado, ya que ha ejercido como miembro del jurado.

Al inicio de esta tarea -narró- tenía dudas sobre cuál era el criterio de premiación, y acabó guiándose por una frase que le dijeron: “Seguramente James Joyce nunca habría ganado el Premio Planeta, pero Charles Dickens sí”.

Preguntado sobre cómo enfrentará la creación de su siguiente novela, Posteguillo opinó que ganar el Planeta le ha dado una cierta sensación de “vértigo”, que ya está “reconvirtiendo responsabilidad para crear otra novela que no desmerezca la lista”.

Por su parte, Sierra comentó que, ya desde antes de ganar el premio, aprendió una “lección fundamental” con el éxito de su novela “La cena secreta”, publicada en 2004.

“Si tu novela o tu trayectoria literaria te ha llevado al punto de ser querido por los lectores no tienes por qué preocuparte; tienes que seguir haciendo lo que debes hacer”, concluyó.

Del 24 de noviembre al 2 de diciembre, la FIL de Guadalajara reúne en la capital del estado de Jalisco a 800 autores y 20.000 profesionales de la industria, con Portugal como invitado de honor.

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