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Despiden con ceremonia religiosa a policía de Chicago muerto en tiroteo

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EFE

El último adiós al policía de origen puertorriqueño Samuel Jiménez, muerto en el cumplimento del deber hace una semana durante un tiroteo en un hospital de Chicago, fue dado hoy por un millar de personas junto a altos cargos del estado y de la ciudad en una ceremonia religiosa.

El gobernador de Illinois, Bruce Rauner, y el alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, le rindieron un homenaje a Jiménez en los servicios fúnebres llevados a cargo por el Cardenal Blase Joseph Cupich en la iglesia San José, del Santuario a Nuestra Señora de Guadalupe, en Des Plaines, Illinois.

“La de ustedes es la más noble profesión”, dijo Rauner ante cerca de 1.000 asistentes, la mayoría policías.

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“A nombre de la gente de Illinois, nosotros estamos con ustedes y los queremos,” reiteró el gobernador al millar de asistentes a los servicios fúnebres de Jiménez, un policía de 28 años que no alcanzaba los dos años en su trabajo.

El alcalde Emanuel, por su parte, llamó “un héroe” a Jiménez, quien desde joven sonaba con vestir el uniforme azul de la Policía de Chicago.

“Ayudar a proteger a otros era para el oficial Samuel Jiménez como una medalla de honor; el dio su vida para proteger las vidas de los demás,” afirmó Emanuel.

El tiroteo ocurrido en el hospital Mercy de Chicago dejó dos mujeres, un policía y el atacante muertos.

El suceso empezó el pasado día 19 con una discusión entre el atacante, Juan López, y su pareja sentimental, la doctoras Tamara O’Neal, en el aparcamiento del hospital y luego se trasladó al interior del edificio, donde ocurrió un enfrentamiento con policías.

El atacante mató primero a su pareja en el aparcamiento, y ya en el interior del hospital, acabó con la vida de una mujer, la farmacéutica Dayna Less, que salía de un ascensor y con la del policía.

El Superintendente de la Policía de Chicago, Eddie Johnson, dijo a la esposa de Jiménez, Cristal García, así como a sus tres hijos, que la ciudad y el departamento de Policía están endeudados con ellos y que los uniformados siempre los ayudarán para que los hijos reciban una educación.

“El iba pasando por ese distrito cuando escuchó el llamado de emergencia por la radio; simplemente él era un héroe”, dijo Johnson.

“El logró el máximo sacrificio para salvar las vidas de otros”, resumió Johnson.

EL agente Rafael Villegas, amigo y compañero de Jiménez, dijo por su parte que lo conoció cuando ambos fueron aceptados para ingresar a la academia de policía.

Villegas lo describió como un buen amigo y compañero.

“Sus ojos le resplandecían cuando hablaba de su adorada familia”, recordó Villegas.

Cientos de policías -algunos provenientes de ciudades como Nueva York, Boston, Dallas y Cincinnati- formaron en ambos lados de la entrada de la iglesia San José antes de comenzar los servicios religiosos, mientras una banda irlandesa de la Policía de Chicago entonaba canciones en su honor.

Los restos de Jiménez serán enterrados en el cementerio Ridgewood Memorial Park, en Des Plaines, durante una ceremonia privada.

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