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La migración y el multilateralismo centran el discurso de los líderes iberoamericanos

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EFE

La defensa del multilateralismo y la urgencia de hallar fórmulas para paliar el drama migratorio protagonizado por miles de latinoamericanos tuvieron hoy un papel relevante en los discursos de los gobernantes presentes en la XXVI Cumbre Iberoamericana de Guatemala.

La crisis migratoria, en un momento en que multitudinarias caravanas de migrantes tratan de alcanzar Estados Unidos desde Centroamérica, fue uno de los denominadores comunes en este foro al que asistieron los gobernantes de 14 países de la región y vicepresidentes, cancilleres o ministros de los otros ocho.

A este convulso panorama se refirieron los mandatarios de Honduras, México, Bolivia, Ecuador y Panamá, entre otros, para poner el foco en la necesidad de humanizar la situación de los migrantes dotándolos de derechos pero también deberes, atender a las causas estructurales que provocan el éxodo y lograr flujos ordenados y seguros.

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Especialmente contundente fue el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, de cuyo país procede una gran mayoría de las personas que se dirigen a EE.UU y quien hizo un llamamiento internacional “urgente” para que la ONU coordine la atención necesaria al ciclo completo del fenómeno migratorio.

También el mexicano Enrique Peña Nieto exhortó a los países de la comunidad iberoamericana a unirse al Pacto Mundial para la Migración de Naciones Unidas se suscribirá en diciembre próximo en Marrakech (Marruecos), mientras Lenín Moreno, de Ecuador, pidió a sus homólogos que hablen y se ocupen de la “tragedia humana” que vive la región.

A dejar de hablar de muros fronterizos y lograr que las personas encuentren oportunidades en sus países de origen exhortó el presidente anfitrión del cónclave, el guatemalteco Jimmy Morales, mientras su colega boliviano, Evo Morales , exhortó a abordar el problema desde el enfoque de los derechos, ya que “ninguna persona es ilegal”.

Los mandatarios unieron también sus voces en defensa del prisma multilateral frente al unilateralismo que propugna el presidente estadounidense, Donald Trump, quien aunque no fue mencionado de forma expresa, estaba en la mente de todos al referirse al convulso escenario global.

Como ya habían hecho en la jornada anterior los cancilleres, los líderes iberoamericanos apostaron por el diálogo y el abordaje conjunto de los problemas que acucian a la región: Andorra, Costa Rica, Panamá, Venezuela, Portugal, Nicaragua o Bolivia fueron algunos de los países que hoy defendieron esta premisa.

En la línea de la unidad, en este caso específicamente la iberoamericana, abundó también el rey de España, Felipe VI, quien advirtió de que es responsabilidad de todos los jefes de Estado y de Gobierno participantes mantener a esta comunidad “activa y unida”.

En su intervención, el Rey afirmó que esta comunidad de naciones cuenta hoy con una conferencia iberoamericana “revitalizada, más eficiente y eficaz” y “más cercana” a sus ciudadanos, que “exigen muy legítimamente que de estas cumbres salgan resultados concretos y tangibles”.

Por contra, los principales focos de convulsión regional -Venezuela y Nicaragua- junto a la lacra de la corrupción y la desconfianza ciudadana en las instituciones, que hace solo unos meses protagonizaban la VIII Cumbre de las Americas en Lima, quedaron en Antigua relegados de los discursos de los líderes, salvo alguna mención aislada.

Los reemplazaron asuntos como el cambio climático, los avances en igualdad de género, el combate a la violencia contra las mujeres en una de las regiones con tasas más altas de maltrato, y la defensa de la democracia frente al autoritarismo mencionada por el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, aunque sin poner ejemplos.

La intervención más combativa fue la del presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, quien precisamente apeló a la diplomacia y el multilateralismo para encontrar una solución a las crisis en Venezuela y Nicaragua, lo que le costó una airada réplica del canciller nicaragüense, Denis Moncada, y otra algo más calmada del venezolano, Jorge Arreaza.

El representante de Venezuela desplegó un discurso moderado en el que valoró el espacio iberoamericana como un lugar de “diálogo sano”, llamó a “proteger” esta cita regional y aseguró que su país solo quiere “la paz” en América Latina.

Otros optaron por exponer asuntos domésticos pero que concitan la atención regional, como el saliente mandatario de Brasil, Michel Temer, quien garantizó una “transición tranquila” con el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien junto al izquierdista Andrés Manuel López-Obrador en México protagoniza uno de los grandes virajes políticos en la región.

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