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La desigualdad ante urnas de los ciudadanos ensombrece las legislativas

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EFE

No todos los ciudadanos serán iguales el próximo 6 de noviembre ante las urnas, debido a los “defectos” de un sistema electoral que permite la manipulación del mapa de circunscripciones con fines partidistas y priva a muchos de su derecho a votar.

“Las violaciones del derecho de sufragio son ciertamente un problema” en EE.UU., reflexionó en unas declaraciones a Efe el abogado Emmet Bondurant, con una larga trayectoria en defensa del voto en el estado de Georgia, uno de los “epicentros” de las infracciones.

Bondurant explicó que esas violaciones adoptan diversas formas: “Existe la supresión de votantes y también hay esfuerzos para dificultar el voto, como pedir una identificación con fotografía, el acortamiento del periodo para votar anticipadamente o dotar a los centros (electorales) de un equipo inadecuado”.

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Otro de los problemas más extendidos es la manipulación de los mapas de las circunscripciones, en una estrategia que se denomina “gerrymandering”.

“Esto significa que el resultado de las elecciones en esos distritos viene determinado por la manera en que están configurados, bien para favorecer a los demócratas o los republicanos”, apuntó el letrado.

Se trata de una práctica legal, ya que el mapa de los distritos tiene que volverse a trazar cada diez años, en base al censo de población; una prerrogativa que en ocasiones tienen las autoridades del estado, aunque en otras se delega a comisiones independientes.

Pese a que ninguno de los dos grandes partidos, ni el demócrata ni el republicano, está libre de culpa, Bondurant destacó que medidas como “la supresión de votantes” abundan entre los segundos, “especialmente para que los afroamericanos no vayan a votar”.

La “supresión de votantes” abarca una serie de estrategias para impedir que determinados grupos de personas acudan a sufragar.

Uno de los cofundadores de la campaña “Black voters matter” (Los votantes negros importan), Cliff Albright, citó el caso de Georgia.

Allí “tenemos a alguien que se presenta a gobernador de un partido, que al mismo tiempo es un funcionario elegido y es el máximo responsable de las elecciones, con lo que al mismo tiempo que es candidato tiene la capacidad de decir quién puede votar, él elige a los votantes, en vez de que ellos lo elijan”, subrayó Albright.

El activista se refería al secretario del estado de Georgia, Brian Kemp, que se batirá en los comicios por la gobernación a la demócrata Stacey Abrams, que podría convertirse en la primera gobernadora afroamericana del país si vence a su rival.

“En Georgia hemos visto que más de un millón de votantes han sido purgados de las listas de voto en los últimos cinco o seis años -dijo Albright- , mientras que actualmente unos 53.000 formularios para registrarse (para votar) están siendo retenidos, de los que el 70 % son de negros, cuando solo representan el 52 % de la población”.

A juicio de Bondurant, una de las “más sofisticadas” formas de manipulación es la exigencia en algunos estados de un documento identificativo que incluya una fotografía para poder votar, en un país donde no existe un documento nacional de identidad único.

En consecuencia, “se necesita el carné de conducir, pero hay cientos de miles que no tienen coche, ya que tienen un salario medio y usan el transporte público, o bien porque son ancianos y no pueden conducir, o son discapacitados. Esta gente suele ser demócratas más que republicanos”, señaló.

Pese a esta situación, Bondurant recordó que antes de 1964, cuando el Congreso aprobó la ley federal de voto, “había una mayor supresión de electores, sobre todo afroamericanos. Había un test de alfabetización y una intimidación abierta a los votantes, y esa norma lo prohibió”.

Desde entonces, las cosas han mejorado aunque a partir del 2000 los legisladores pusieron en marcha medidas, como el requerimiento de un documento identificativo con fotografía.

Esta normativa comenzó a aplicarse en Indiana y Georgia, y de acuerdo a datos del abogado, existe ahora en 20 estados.

Sea como fuere, las irregularidades se multiplican a lo largo y ancho del país, donde hay territorios como el Distrito de Columbia sin representante en el Senado y con un delegado sin derecho a voto en la Cámara de los Representantes, o donde es legal la financiación de campañas electorales con donaciones multimillonarias.

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