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Infarto cerebral puede dejar secuelas devastadoras de no atenderse a tiempo

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EFE

Un tratamiento tardío de un infarto cerebral puede derivar en secuelas y discapacidades que son devastadoras, según advirtieron hoy especialistas mexicanos.

“Desafortunadamente, el desconocimiento de la Enfermedad Vascular Cerebral (EVC) -como también se le conoce- ha impedido que los pacientes acudan de inmediato a los servicios de urgencias de las instituciones hospitalarias”, dijo en un comunicado el doctor Ángel Antonio Arauz.

El coordinador de la Clínica de Enfermedad Vascular Cerebral del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez aseguró que si bien la EVC representa la tercera causa de muerte en mexicanos mayores de 60 años de edad, poco se habla de los que la sobreviven.

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“Existen complicaciones emocionales, sociales y económicas que las personas sufren a causa de esta condición, pues su vida y la de su familia cambian drásticamente de un momento a otro”, aseveró.

El desconocimiento de los signos y síntomas de la EVC, que afecta a 230 adultos por cada 100.000 habitantes, dificulta su tratamiento y llega a ser mortal en el 25 % de los casos.

El especialista explicó que dentro de la EVC existen los infartos cerebrales isquémicos que se producen por el bloqueo del flujo de sangre en una arteria en el cerebro debido a un trombo o coágulo.

También están los hemorrágicos, que ocurren al romperse un vaso sanguíneo dentro de la cavidad craneal.

“Ambos casos se asocian con secuelas neurológicas graves e irreversibles que afectan la calidad de vida de quienes lo sufren”, señaló

Ante esta situación, destacó que desde el año pasado se ha hecho una extensa difusión de CAMALEÓN, una campaña nacional para concienciar sobre el infarto cerebral en México.

Esta campaña funciona mediante un acrónimo usado para identificar sus síntomas a tiempo: CAra (debilidad en la mitad del rostro), MAno (imposibilidad para levantar el brazo o la mano), LEnguaje (pérdida de la capacidad de comprender y pronunciar palabras) y ÓN, que indica llamar a emergencias.

El especialista indicó que el paciente debe ser atendido en un hospital dentro de un tiempo no mayor a CUATRO horas y media desde que aparecen las primeras manifestaciones, pues por cada minuto que pasa se pierden millones de neuronas y, con ellas, funciones vitales.

“Hemos observado que 20 % de los afectados no sobrevive a un infarto cerebral, otro 20 % se recupera y el resto queda con secuelas graves como pérdida de la movilidad, visión, lenguaje y disminución de la capacidad intelectual”, apuntó Arauz Góngora.

Los especialistas coincidieron en que la educación de la sociedad sobre este padecimiento y sus síntomas es esencial para tratar oportunamente este problema de salud pública.

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