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Debbie Meyer: La reina de las tres coronas

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EFE

Medio siglo después, cuando es una señora saludable de 66 años, la estadounidense Debbie Meyer recuerda los Juegos Olímpicos de México 1968 como el antes y el después de su vida porque al convertirse en la reina de la competencia de natación, en la alberca dejó abandonada a la chica tímida que fue.

“México abrió las puertas de mi vida, llegué como una niña tímida de 16 años y me fui como campeona de los 200, los 400 y los 800 metros estilo libre. No hay forma de olvidar a México, situado en un cálido lugar de mi corazón”, dijo en entrevista a Efe en coincidencia con los festejos por el aniversario de los Juegos.

Un día como hoy Meyer ganó su segunda medalla de oro al nadar los 200 metros en récord mundial de 2:10.5 minutos y relegar a Jan Henne y Jane Barkman con quienes protagonizó una barrida para su país en esa prueba.

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Había vencido dos días antes en los 400 delante de su compatriota Linda Gustavson y la australiana Karen Moras y par de días después se convirtió en una especie de reina de tres coronas al vencer en los 800 metros con tiempo de 9:24 minutos y 11 segundos de diferencia sobre la estadounidense Pam Kruse.

“Si tuviera quedarme con un momento de México 68 escogería el de después de la premiación por mi tercera medalla en los 800. Pensar en México es revivir una semana de felicidad pero igual hubo momentos tristes cuando algunas de mis amigas no lo hicieron tan bien como querían”. cuenta.

Nacida el 14 de agosto de 1952, Debbie celebró su fiesta de 15 años en el agua, al ganar las medallas de oro en 400 metros en los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1967, donde comenzó a ser considerada como candidata al título olímpico en esas pruebas, pero en un año mejoró la velocidad y se hizo del triplete.

La imagen de Meyer en la alberca fue la de una súper dotada. En México venció a todas las rivales por amplio margen y en las tres finales impuso récords mundiales. Sin embargo pocos saben que logró esas proezas en medio de una crisis de estómago a la que solo superó con un carácter inusual en una adolescente como la que fue.

Cincuenta años después de sus hazañas, Debbie lleva el pelo corto, sonríe a cada momento y viste elegante. Se mantiene en forma porque dedica entre cinco y seis horas a la natación aunque ahora más como maestra que empeñada a superarse a sí misma lo cual hizo entre 1967 y 1970, cuando se retiró a los 18 años con 15 récords mundiales implantados, uno en 200, cinco en 400, cuatro en 800 y cuatro en 1.500 metros.

“Hace medio siglo estaba temerosa en la ceremonia de inauguración de los Juegos, era entendible, yo era una niña sin experiencia que estaba descubriendo al mundo”, reitera.

Debbie se convirtió en México en la primera nadadora mujer con tres medallas de oro individuales en unos Juegos Olímpicos y fue la estrella de la natación, incluidos los varones.

Las figuras más ganadoras después de ella fueron la estadounidense Claudia Koln, oro en 200 y 400 metros combinados y en hombres el australiano Michael Wenden, rey en 100 y 200 libres, el estadounidense Michael Burton, campeón en 400 y 1.500 y su compatriota Charles Hickox, oro en 200 y 400 combinados.

“Adoro México, su cultura y lo que viví aquí”, dice sin nostalgia porque con la sabiduría que le dio el paso por la vida asume que vivió en cada momento de su juventud lo que tocó en ese instante y ahora vive con agradecimientos y alegrías la tercera edad, que en su caso no tiene nada que ver con la vejez.

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