Anuncio

Carlos Manuel Álvarez retrata la vida cubana de mínimos en su primera novela

Share
EFE

Después del éxito de su libro de relatos “La tribu”, por el que lo incluyeron en la lista de los 39 escritores latinoamericanos más prometedores, el cubano Carlos Manuel Álvarez ha debutado como novelista con “Los caídos”, una obra que retrata la vida de mínimos de su país de nacimiento.

“Me molestan los calificativos de gusano al que se va y compañero a quien se queda. Son una traición al lenguaje y no me interesa pensar el país a partir de etiquetas establecidas; tanto ‘La tribu’ como mi novela intentan alejarse de esos parámetros”, asegura en entrevista con Efe el autor de 28 años.

Originario de Cárdenas, en la provincia de Matanzas, Álvarez cuenta en su nueva obra la historia de los cuatro integrantes de una familia en “los años duros”, como bautiza a los primeros años de la década del 90 en los que Cuba vivió una crisis denominada por el Gobierno como Periodo especial.

Anuncio

Dividida en cinco partes, cada una con las confesiones del hijo, la madre, el padre y la hija, siempre en ese orden, la novela cuenta en un lenguaje directo lo que el escritor llama una vida de mínimos, en la que la supervivencia es la prioridad.

Diego, a punto de terminar el servicio militar, es lastimado por resentimientos de la vida en un país con libertades limitadas, mientras su madre enferma cede el control de la casa, tomado por su hija María, quien abandonó los estudios y se fue a trabajar de camarera en un hotel para turistas.

Allí existe una sofisticada red para robar, como sucede en los hoteles de la isla, pero el padre, un comunista radical, llega a dirigir el lugar y se convierte en un vigilante para que nadie se lleve nada, orgulloso porque, según cree, su hija es honesta, gracias a su educación apegada a los valores de la Revolución.

“Armando (el padre) es un personaje que intenta llevar a toda costa sus ideas y la realidad se lo impide. La solidaridad, el altruismo, la honestidad no son los valores de la sociedad y quien intenta practicarlos se ve impedido de hacerlo”, dice en referencia a ciertas pesadillas que denuncian los conflictos del personaje.

“Los caídos” tiene algo de autobiografía. Como los protagonistas de la novela, la familia del escritor sufrió lo que los cubanos de a pie vivieron en el Periodo especial. Más adelante esa etapa terminó pero las condiciones de vida siguieron duras para la mayoría de la población, con salarios por debajo de 30 dólares al mes.

“Recuerdo noches en la residencia universitaria en las que poco antes de la madrugada bajaba del piso 21 por la escalera porque el ascensor estaba roto. Me iba a la calle a comprar una barra de pan y, en la funeraria cercana, comprar refresco gaseado. Era refresco, pan y que aquello se inflara para calmar el hambre”, comenta.

Álvarez creció en una familia fidelista y en su libro jamás menciona a los líderes de la Revolución. Tampoco hace juicios. Elige contar las historias del día a día del país y que el lector razone.

Elogiado por escritores de la talla del argentino Martín Caparros, premio Herralde de novela, y considerado entre los 39 jóvenes más prometedores de la literatura latinoamericana, Álvarez no cuenta las flores y prefiere mantenerse como un escritor honesto, obsesionado con reflejar la verdad en sus obras de ficción.

“Pelearte con alguien que crea que Cuba es un país próspero y justo es pelearte con quien cree que la Tierra es plana; los argumentos están ahí de sobra. Si crees que la Tierra es plana es porque tú quieres creer que la Tierra es plana y no redonda como está demostrado y si quieres creer que Cuba es un ejemplo de algo, es porque deseas hacerlo a pesar de los hechos”, dice.

Se refiere a su negativa a responder ofensas de extranjeros simpatizantes con la Revolución desde lejos y que usan la arcaica estrategia de acusar a todo el que piensa diferente de estar al servicio del imperialismo para así enjuiciar a Álvarez.

El escritor presentará su libro en España luego de hacerlo en México, su país de residencia, donde la obra ya está en librerías y ha sido bien recibida entre los interesados en la vida “de mínimos” de los cubanos.

Anuncio