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Múltiples sectores en Puerto Rico se recuperan a medias a un año del paso de María

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EFE

A pesar de que el huracán María pasó hace un año hoy sobre Puerto Rico , aún los centros comerciales, algunos hoteles, viviendas, la agricultura, las agencias gubernamentales, los semáforos, el tendido eléctrico y letreros de las autopistas no se encuentran al cien por cien de su capacidad.

La llegada del ciclón era inminente, pero el golpe y la devastación era inesperada para lo que se avecinaba aquel miércoles, 20 de septiembre de 2017, en lo que sería la catástrofe más grande para los poco más de 3,3 millones de habitantes en la “Isla del Encanto”.

La furia de lo que sería el huracán más poderoso que tocara tierra puertorriqueña desde San Felipe en 1928, destrozó todo a su paso, dejando a miles de personas sin viviendas, sin servicio eléctrico, sin agua potable, sin telecomunicaciones y los comercios cerrados.

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Los centros comerciales, como el Mall of San Juan, Plaza Carolina en el mencionado municipio cercano a la capital, y Plaza Real en Humacao, en el sureste de la isla, tampoco se salvaron del embate del huracán.

Según contó a Efe el gerente general del Mall of San Juan, José Ayala Bonilla, el centro comercial estuvo cerrado por 30 días, reabriendo entonces el 19 de octubre con solo 45 de los pocos más de 100 negocios.

“El impacto primordial fue el agua, que penetró por el techo y una vez dentro del edificio, afectó los negocios. Y ante la falta de luz, creó humedad y eso afectó a un número bastante de inquilinos”, explicó.

Los daños estimados al centro comercial alcanzan los dos millones de dólares.

El Mall of San Juan, inaugurado en el año 2015 con una inversión de 475 millones de dólares, es administrado por Taubman Centers, grupo estadounidense propietario de una veintena de centros comerciales en EE.UU. y Asia.

Debido al impacto del huracán, entre 15 a 20 tiendas tuvieron que ser reconstruidas, entre ellas, Nordstrom, que se encuentra en el proceso de reclutar empleados para su reapertura el 9 de noviembre.

La tienda Saks Fifth Avenue, otra de las principales del centro comercial, aún no ha reabierto, y se desconoce si lo hará.

Actualmente el centro comercial cuenta con 103 inquilinos abiertos, que incluyen carretones de ventas y 86 tiendas.

“Ya el grueso del trabajo y de reconstrucción se concretó. Lo que resta son detalles en áreas comunes para reemplazar ciertas cosas”, dijo Ayala.

Asimismo, según detalló Ayala la tienda Gap reabrirá el próximo día 26 de septiembre, mientras que Banana Republic y Novus harán lo propio a finales de octubre.

El directivo, por otra parte, mencionó que otros comercios, específicamente restaurantes, como Cantina Laredo y Vin’us, abrieron como nuevos inquilinos luego del paso del huracán, mientras que Metropol -una cadena de restaurante local- abrirá próximamente.

Y ante el posible paso de otro magno huracán sobre la isla, Ayala afirmó que la administración del centro comercial modificó ciertas áreas, como la filtración de agua por los techos y las paredes, la respuesta sea más ágil y “trabajar más de la mano” con los propietarios de las tiendas.

El sector de la agricultura fue uno de los más afectados, siendo devastado casi el 100 % de la producción y sobre 2.000 millones de dólares en pérdidas, mientras que varias oficinas gubernamentales, como el edificio donde ubicaba el Departamento de Justicia en San Juan se tuvo que mudar a otro en la capital.

Igualmente, los semáforos no han sido completamente reparados.

De igual forma, se avistan postes y tendido eléctrico amontonados o tirados en las aceras, mientras que varios letreros de tránsito que ubicaban en las autopistas y fueron arrancados por los vientos, aún no han sido reinstalados.

La mayoría de estas pérdidas se divisan en Naguabo, al este de la isla y uno de los municipios más afectados por el temporal debido a su topografía montañosa.

Allá mismo Zenaida Enriquez, administra del centro de cuido de ancianos Bethesda, rememoró a Efe la furia del huracán, cuando las lluvias se colaron por el edificio, llenándolo con dos pies de agua (casi un metro), mientras atendía a las 16 personas en aquel momento.

“El agua entraba y ese sonido... me preguntaba: ?yo puedo contar esto? Me moriré esta noche?”, recordó Enriquez, a cargo del hogar de ancianos hace 20 años, después de trabajar como maestra en el Departamento de Educación y como trabajadora social para el Departamento de la Vivienda.

Y mientras temía por su vida, oficiales de la Oficina del Manejo de Emergencias de Naguabo llegaron al lugar para ayudar a Enriquez y a los ancianos agrupándolos todos en un mismo salón y vigilándolos por si alguno quebrantaba de salud.

Enriquez, a su vez, agradeció a todas las personas que la auxiliaron aquel día y los próximos meses, incluyendo a la organización de la Parada Puertorriqueña en Nueva York que llegó hasta el hogar, el cual pudo recuperar su servicio eléctrico el 24 de diciembre, día de Nochebuena.

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