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Proyectos de desarrollo no sustentables amenazan ecosistemas en Latinoamérica

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EFE

Muchos ecosistemas de América Latina están amenazados por proyectos de desarrollo que no toman en cuenta la sustentabilidad ni a las poblaciones que históricamente han habitado esos territorios, dijo hoy Aleida Azamar, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de México.

La coordinadora del libro “Perspectivas de la economía ecológica en el nuevo siglo” señaló en un boletín que en la región no se ha dado suficiente importancia al aspecto ecológico, y que los proyectos extractivos y de infraestructura implican graves riesgos ambientales y generan desplazamientos de la población.

En este sentido, apuntó que las autoridades responsables de regular las actividades no suelen intervenir en el bienestar social ni valoran los daños ambientales, sino que se ciñen a una legislación que está orientada a mejorar o respetar las condiciones productivas de las compañías.

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Actualmente, según expone el libro, son empresas extranjeras -aunque las nacionales tienen inversiones grandes en algunos países- las que mantienen la posesión de extensiones enormes de territorio para la explotación minera, dejando a su paso deudas ambientales para los ecosistemas y las poblaciones.

“Desafortunadamente en América Latina ha pasado que a las empresas se les ha multado cuando el deterioro (ambiental) ha ocurrido”, aseguró.

Por todo ello, cabe discernir entre dos conceptos, el de economía ambiental y economía ecológica.

La docente del Departamento de Producción Económica de la UAM explicó que la primera disciplina cuantifica daños y perjuicios provocados por actividades de explotación de los recursos, mientras que la segunda va más allá al cualificar los efectos.

“La economía ecológica recoge las cuestiones de medir y evaluar; la economía ambiental es insuficiente porque solo pone un costo, lo que no resulta eficaz porque la naturaleza no debiera tener un valor, pues cómo podríamos recuperar el agua o el aire que fueron contaminados”, abundó.

Frente a este panorama, vio necesario discutir los ejes de desarrollo de un nuevo pensamiento de economía ecológica en el que las comunidades fijen una posición activa frente a los retos del sistema financiero dominante.

Esta disciplina, acotó, implica un cuestionamiento a las bases del capitalismo.

“Hasta ahora nos han enseñado que la naturaleza tiene un costo y se puede mercantilizar”, expresó Azamar, instando a cambiar esto.

La especialista mencionó también que las regiones de Mesoamérica y el Caribe están viendo amenazada su “extraordinaria riqueza biocultural” debido a los grandes monopolios agroalimentarios, los cuales tienden a imponer sus sistemas de producción, distribución y consumo de alimentos.

Estas regiones son centros de origen y de diversidad de alimentos como maíz, frijol, jitomate, calabazas y chiles, de gran importancia para la alimentación mundial.

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