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Puerto Rico mira con cautela la posible llegada de dos sistemas desde el Atlántico

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EFE

Puerto Rico mira con cautela hacia el Atlántico, desde dónde en una semana, coincidiendo con el paso de María hace un año, podrían llegar a la isla dos sistemas aún muy lejanos con potencial para aumentar de intensidad, mientras continúan las dudas sobre la capacidad de resistir un ciclón.

La meteoróloga Ada Monzón señaló hoy a Efe que aunque todavía es pronto para saber cómo van a evolucionar los dos sistemas se sigue de cerca su evolución por el riesgo que entrañan, cuando sigue muy presente en la memoria de los puertorriqueños los efectos devastadores de María provocados el 20 de septiembre de 2017.

Los sistemas, si se desarrollan, se convertirían en las depresiones tropicales 8 y 9 de la temporada de huracanes del Atlántico y pasarían a llamarse Helene e Isaac, en el caso de que alcancen la categoría de tormenta o huracán.

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El primero de los sistemas, de momento con el nombre de Invest 92, está situado a cerca de 650 millas al oeste de las islas de Cabo Verd y 2.000 millas y siete días de su hipotética llegada a Puerto Rico.

El que viene por detrás, el Invest 93, no representa aún una amenaza para la región del Caribe, ya que los modelos indican que, en principio, se va a mover más al norte y no afectará a áreas de la región habitadas.

Monzón indicó que entre los días 13 y 21 del mes de septiembre es cuando se han registrado los ciclones más fuertes en Puerto Rico, razón por la que habrá que estar atentos a la posible evolución de los sistemas ahora mismo situados junto a la costa africana.

Según la última información disponible del Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés), el primero de los sistemas se puede convertir en una depresión tropical durante las próximas horas mientras se mueve en dirección al oeste.

Monzón señaló que con independencia de la trayectoria que tome, la población debe estar preparada para los efectos de la llegada.

“Este año en Puerto Rico estamos en una mejor posición”, dijo sobre la capacidad de soportar la fuerza de un huracán, tras reconocer que las infraestructuras de vivienda y energía son todavía frágiles a causa de los daños causados por el paso del huracán María.

“Hay gente que todavía vive con techos de plástico”, recordó Monzón sobre las secuelas que vive la isla caribeña a causa del paso del huracán María.

Monzón reconoció el temor a que “no estemos preparados” para el paso de un huracán de gran intensidad.

José Álamo, meteorólogo del Servicio Nacional de Meteorología (SNM) en San Juan, señaló por su parte a Efe que aún es prematuro aventurar si los dos sistemas golpearán a la isla caribeña.

Sostuvo además que tampoco se puede saber la intensidad que alcanzarán finalmente, aunque aclaró que el próximo domingo ya se podrá tener una idea más claro de cuáles serán las partes del Caribe que están en su trayectoria.

“Cualquier cosa es posible”, indicó el meteorólogo, que pidió paciencia.

Álamo subrayó que ahora es el momento para que la población revise sus planes de preparación para huracanes, aunque insistió en que no debe cundir el pánico entre una población que todavía se recupera de lo que supuso el paso del huracán María.

“Que la población se prepare. Que tengan suficiente combustible para generadores y automóviles y que hagan preparativos”, indicó.

El meteorólogo resaltó que en las últimas horas han recibido la llamada de personas interesadas en conocer la trayectoria de los dos sistemas dado que parte de la población aún, casi un año después de María, tiene en la memoria el daño causado por el ciclón.

María causó unas pérdidas económicas de 90.000 millones de dólares, lo que supone el tercero más costoso desde 1900 en EEUU tras el huracán Harvey, que afectó el sur de Texas en 2017, y el Katrina.

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