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La ONU plantea a las potencias opciones para evitar una catástrofe en Idleb

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EFE

La ONU planteó hoy a las potencias internacionales posibles fórmulas para evitar una gran catástrofe como consecuencia de la ofensiva que preparan el Gobierno sirio y sus aliados para recuperar el bastión rebelde de Idleb.

Esa provincia, el último gran reducto de la oposición armada, se enfrenta según Naciones Unidas a una “tormenta perfecta” que puede causar la mayor crisis humanitaria desde el inicio de la guerra.

“Una batalla por Idleb sería una batalla horrible y sangrienta. Los civiles son las potenciales víctimas y hay peligros, en caso de un ataque a gran escala, de incidentes o de una rápida escalada entre actores regionales e internacionales”, advirtió el enviado de la organización para Siria, Staffan de Mistura.

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Por videoconferencia, el diplomático abordó la cuestión con el Consejo de Seguridad de la ONU, en una cita celebrada prácticamente en paralelo a la cumbre mantenida en Teherán por Rusia, Irán y Turquía para abordar el mismo asunto.

El régimen de Bachar al Asad, respaldado por rusos e iraníes, se prepara para la reconquista de Idleb, donde se han concentrado terroristas, grupos armados y civiles que huyeron de otras zonas rebeldes recuperadas por el Gobierno.

Ante esa situación, De Mistura propuso hoy a las potencias un plan para “separar” a las organizaciones terroristas como el Frente al Nusra de otros grupos armados de la oposición y de la población civil.

La idea pasa por pedir a todos los militantes que, antes de cierta fecha, muevan sus bases lejos de los núcleos de población, que se mantendrían bajo el control de autoridades civiles.

El llamamiento debería dirigirse, en especial, a los combatientes del Frente al Nusra y ser acompañado por una campaña popular para pedir su salida de las ciudades, explicó De Mistura.

Durante ese periodo, se detendrían todos los ataques aéreos y otras operaciones militares de importancia, añadió.

Según el diplomático, Rusia y Turquía tendrían un papel clave en este plan, el primero garantizando que el Gobierno detenga temporalmente su avance y el segundo con su influencia sobre algunos grupos rebeldes.

De Mistura subrayó que ese es simplemente uno de los muchos planes posibles y no descartó que esa opción fuese planteada hoy en privado por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a sus homólogos ruso e iraní.

Entre otras cosas, el enviado defendió también la apertura de corredores para facilitar bajo supervisión de la ONU la evacuación de los civiles que quieran salir de Idleb.

De Mistura tiene previsto reunirse la próxima semana con Turquía, Rusia e Irán y, posteriormente, con otras potencias con intereses en el conflicto como Estados Unidos.

Hoy, Washington insistió en que los Gobiernos ruso e iraní deben detener la ofensiva de Al Asad sobre Idleb y acusó a Moscú y a Damasco de utilizar la presencia de terroristas en la zona como un pretexto.

“Cuando Rusia y el régimen de Al Asad dicen que quieren luchar contra el terrorismo, realmente quieren decir que quieren bombardear escuelas, hospitales y casas. Quieren castigar a los civiles que tuvieron el valor de levantarse contra Al Asad”, dijo la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley.

Junto a EE.UU., los países europeos, otros miembros del Consejo de Seguridad y la propia ONU insistieron en la necesidad de evitar a toda costa una gran ofensiva en Idleb, dadas las consecuencias que puede tener para los casi tres millones de personas que viven allí.

Tras la sesión, los cinco países de la Unión Europea (UE) que se sientan actualmente en el Consejo organizaron una reunión informal para que el órgano escuchase a representantes de la sociedad civil siria sobre la situación en Idleb.

Del otro lado, Rusia defendió una vez más el derecho de Damasco a recuperar todo el territorio del país y dijo que el actual statu quo no puede mantenerse, teniendo en cuenta la amenaza que suponen los terroristas concentrados en la provincia.

El embajador ruso, Vasili Nebenzia, denunció además que las potencias occidentales están llevando a cabo una “campaña de propaganda”, planteando los mismos “escenarios apocalípticos” que en Alepo y Guta Oriental y que se “demostraron incorrectos”.

Según Nebenzia, EE.UU. y sus aliados quieren realmente evitar la derrota de sus “protegidos” en Siria bajo el pretexto de la protección humanitaria.

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