Anuncio

Don McGahn, el escudo legal de Trump que perdió su brillo

Share
EFE

Don McGahn aceptó ser el abogado de la Casa Blanca con el fin de dejar una huella conservadora en las cortes y regulaciones, pero sirvió sobre todo como escudo legal del presidente Donald Trump durante numerosos choques y polémicas, un intenso trabajo en el que finalmente perdió brillo.

A McGahn, de 50 años, le pilló por sorpresa el tuit en el que Trump anunció hoy que su abogado principal en la Casa Blanca dejaría su puesto “este otoño” boreal, una vez que el mandatario logre que el Senado confirme a su nominado para cubrir la vacante en el Tribunal Supremo, Brett Kavanaugh.

“He trabajado con Don durante mucho tiempo y realmente aprecio su servicio”, escribió Trump.

Anuncio

Aunque McGahn planeaba abandonar la Casa Blanca en otoño y había rumores sobre su salida en algunos medios, él no había hablado aún con el presidente acerca del tema y le sorprendió ver anunciada su salida en Twitter, pero lo achacó a la idiosincrasia de Trump y no le molestó, según informó el diario The Washington Post.

El anuncio se produjo días después de que los medios informaran de que a McGahn le había interrogado varias veces el fiscal especial para la trama rusa, Robert Mueller, y de que lo que dijo podría ser clave para determinar si Trump trató de obstruir esa investigación.

Pero Trump aseguró hoy que no está preocupado por el posible testimonio de McGahn en la pesquisa de Mueller, y solo tuvo elogios para su asesor, al que definió como “un hombre realmente bueno”.

En una Casa Blanca acechada por la investigación rusa, McGahn ha mantenido un perfil público más bajo que los abogados que Trump contrató de forma privada para representarle en ese asunto, entre los que destaca el locuaz exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani.

Pero eso no significa que no haya estado involucrado en el tema: en junio de 2017, McGahn amenazó con renunciar cuando Trump le pidió despedir a Mueller, y ha mantenido algunas discusiones “espectaculares” con el presidente debido a sus conatos de injerencia en el Departamento de Justicia, según el Post.

McGahn era un abogado de renombre en Washington, especializado en leyes de financiación de campañas electorales, cuando le surgió la oportunidad de asesorar legalmente a Trump en su carrera a la Casa Blanca en 2016, debido en parte a que su tío, Patrick McGahn, había representado al magnate durante años.

La campaña de Trump, que por entonces luchaba por obtener el reconocimiento del aparato del Partido Republicano, vio en McGahn -que había formado parte de la Comisión Federal Electoral (FEC)- un billete de oro para congraciarse con Washington.

De hecho, la perspectiva de que McGahn abandone ahora la Casa Blanca no hizo ninguna gracia a algunos pesos pesados del Partido, como los senadores Chuck Grassley y Mitch McConnell, que parecieron instar a Trump a reconsiderar su decisión.

“Su salida de la Casa Blanca sería una gran pérdida para el Gobierno de Trump y el país”, dijo McConnell.

El letrado siguió al lado de Trump tras su victoria electoral y en enero del año pasado se convirtió en el abogado principal de la Casa Blanca, un cargo que implica asesorar al presidente sobre la legalidad de sus medidas ejecutivas y proyectos de ley, además de representarle en cualquier embrollo que pueda surgir.

De férrea ideología conservadora, McGahn tomó con entusiasmo la tarea de instalar más jueces de esa tendencia en los tribunales federales, una de las victorias más claras que Trump ha logrado en su primer año y medio de mandato.

Sesenta de los jueces nominados por Trump han sido ya confirmados por el Senado, entre ellos un juez del Supremo, Neil Gorsuch, lo que supone un récord histórico respecto a otros presidentes.

El abogado se implicó además en los planes de Trump para deshacer las regulaciones impulsadas por el expresidente Barack Obama.

Pero ese trabajo se veía interrumpido a menudo por crisis como las generadas por las investigaciones a asesores y exasesores de Trump, así como por las constantes luchas de poder en el Ala Oeste, y McGahn parece deseoso de regresar cuanto antes al sector privado.

Casado y con dos hijos, McGahn nació en 1968 en Atlantic City (Nueva Jersey), la misma ciudad donde Trump trató de construir un emporio de casinos, y se hizo un nombre en varias firmas de abogados en Washington antes de especializarse en leyes electorales.

Su salida de la Casa Blanca es más limpia que la de otros asesores de Trump que han acabado públicamente denigrados por el presidente, y según informes de prensa, el mandatario y él coinciden en que su sucesor debería ser Emmett Flood, un veterano letrado que ya forma parte del equipo legal del exmagnate.

Anuncio