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Legión de jóvenes se entrena para ganar elecciones y blindar aborto en EE.UU.

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EFE

Consciente de lo mucho que se juega en los comicios legislativos de noviembre, Planned Parenthood, la mayor red de clínicas de salud sexual y reproductiva de EE.UU., ha decidido pasar a la acción y entrar de lleno en el barro político, orientando jóvenes sobre cómo organizar campañas electorales.

Convencidos de que el nuevo juez propuesto por el presidente Donald Trump para la Corte Suprema, Brett Kavanaugh, supone una amenaza para sus intereses, piensan hacer todo lo que esté en sus manos para que el Partido Demócrata reconquiste las dos Cámaras y blinde el aborto en todo el país.

Para conseguirlo, Planned Parenthood (la que más abortos practica) ha organizado este fin de semana “Power of Pink”, un evento en Detroit al que viajaron cerca de 2.000 voluntarios, que aprenderán durante tres días a organizar campañas políticas utilizando “big data”, registrar votantes en el censo electoral o movilizar el voto joven desde las universidades.

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“Debido a lo mucho que se han politizado temas como el sistema de salud o los derechos de las mujeres, año tras año nos estamos volviendo más activos políticamente, no por decisión propia sino porque lo necesitamos para poder seguir realizando nuestro trabajo”, admitió la directora de Formación de la organización, Yasmin Radjy.

“A los voluntarios les explicaremos que si quieres ganar, ya sea unas elecciones o un conflicto en tu ayuntamiento, tienes que tener una estrategia basada en los números pero también hecha con el corazón”, detalló la portavoz de Planned Parenthood, que enseñará a los jóvenes cómo atender a los medios de comunicación.

El expresidente Barack Obama estuvo presente en el arranque del evento, que se alargará hasta el domingo, a través de un vídeo en el defendió “el derecho de todas las mujeres a tomar sus propias decisiones sobre su salud”.

“Gracias a Planned Parenthood, hay en algún lugar una madre trabajadora con una nueva oportunidad para vivir porque le hicieron un chequeo para saber si tenía cáncer”, declaró Obama, y continuó: “Gracias a ellos, hay una joven empezando su carrera que ha podido elegir por sí misma si quería formar una familia”.

Planned Parenthood, un gigante de la salud sexual con más de 600 clínicas repartidas por todo el país, confía en poder movilizar a bolsas de votantes con los que los demócratas no conectan tan fácilmente, como los jóvenes, las mujeres de color o las latinas.

Una joven de origen mexicano, Melissa García, es la responsable de Raíz, un programa de Planned Parenthood que realiza talleres sobre temas como la educación sexual o cultura política a jóvenes de origen hispano.

García recuerda que en su estado, Arizona, la educación sexual no es obligatoria en los currículos de las escuelas y por ello cree que “hay que acabar con la vergüenza” y crear espacios “seguros” donde los adolescentes puedan conocer los métodos anticonceptivos a su alcance.

Para García, los jóvenes latinos de estados conservadores arrastran un doble “estigma”, porque no reciben educación sexual en la escuela pero muchas veces tampoco en sus hogares, por la precariedad en la que viven sus familias.

“Si un papá o una mamá tiene dos trabajos y viene a casa cansadísimo, no va a preguntar a su hijo si sufrió bullying o si tuvo una mala experiencia con una relación”, señaló la joven.

Esta es la segunda ocasión que se organiza “Power of Pink” -que debe su nombre al color corporativo de Planned Parenthood-, un evento ideado en 2016 con el objetivo de enfrentar al entonces aspirante Donald Trump y, aunque entonces no lo lograron, ahora confían en poder minimizar los efectos de sus políticas.

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