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El giro conservador del Supremo, en manos del Senado

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EFE

Brett Kavanaugh, el candidato del presidente, Donald Trump , para juez del Tribunal Supremo, inició hoy el proceso de seducción de los senadores para que le confirmen como magistrado, un movimiento que agudizaría la hegemonía derechista de la corte.

Un día después de que el magnate anunciara la nominación de Kavanaugh, el juez de apelaciones conservador comenzó los contactos con los legisladores estadounidense, un paso fundamental para lograr la aprobación.

El washingtoniano, de 53 años, llegó hoy al Senado acompañado del vicepresidente, Mike Pence, quien hizo de celestino entre él y el líder de la mayoría republicana en la cámara, Mitch McConnell, quien hasta ayer se había posicionado en contra de la figura de Kavanaugh.

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“Esperamos y confiamos en que el Senado ofrezca un voto fuerte confirmando al juez Kavanaugh como nuevo magistrado del Tribunal Supremo”, dijo Pence en su cuenta de Twitter.

Sabedor de que ambos están condenados a entenderse, McConnell no tardó en dar su beneplácito al elegido de Trump minutos después de que lo nominara, a pesar de que antes había abogado por otros nombres.

Tras seducir al máximo representante de los conservadores en el Senado, Kavanaugh aún tendrá que hacerse con la simpatía del resto de republicanos, entre los que derechistas como Ted Cruz han afirmado que decepcionará en caso de ser elegido y confirmado.

El escogido deberá cosechar 51 de los 100 votos de la cámara, donde los republicanos gozan de una estrecha mayoría de 51-49 sobre los demócratas.

Kavanaugh también buscará garantizarse el apoyo de la mayor cantidad de demócratas posible, a pesar del rechazo frontal que ha generado en su dirección, donde Chuck Schumers, líder opositor en el Senado, aseguró que hará todo lo que tenga en su mano para que el magistrado no logre su plaza.

“(Trump) Ha puesto en riesgo los derechos civiles, los derechos laborales, los medioambientales y los del colectivo LGTB (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales)”, enfatizó hoy Schumers durante una intervención en la cámara.

Sin embargo, varios de los más moderados no se han opuesto a Kavanaugh, sino que han asegurado que esperarán a reunirse con él y analizar su candidatura para decidir su voto, entre ellos Bill Nelson y Heidi Heitkamp.

Kavanaugh está llamado a sustituir a Anthony Kennedy, juez conservador moderado del Supremo que anunció su jubilación el pasado 27 de junio, y a convertirse en el segundo magistrado seleccionado por Trump, después de que Neil Gorsuch reemplazara al fallecido Antonin Scalia.

La sala está compuesta por una mayoría conservadora de cinco jueces -Kennedy es más centrista pero entra en este grupo- y una minoría progresista de cuatro; la plaza de juez tiene carácter vitalicio y es elegida por el presidente y aprobada luego por el Senado.

La corte mantiene un tinte conservador en mayor o menor medida desde 1972, pero el giro hacia la derecha que supondría Kavanaugh aumentaría esta hegemonía.

Se prevé que uno de los aspectos que juegue un papel crucial en la confirmación de Kavanaugh sea la cercanía de las elecciones legislativas de noviembre, momento para el que los republicanos esperan haber aprobado al magistrado.

Ya en los comicios presidenciales de 2016, la nominación de un juez del Supremo se convirtió en una de las armas electorales de los conservadores, por lo que la aprobación del segundo magistrado en la era Trump podría darle fuerza entre las bases más derechistas.

Primero, Kavanaugh llegará al Comité Judicial del senado, que recomendará o no su candidatura, y posteriormente será votado por el pleno de la Cámara Alta.

En las audiencias con los senadores, se prevé que el nominado por Trump afronte duros interrogatorios sobre temas que son considerados clave para ambas bancadas, como sus posicionamientos sobre el aborto, los métodos anticonceptivos o las imputaciones criminales contra un presidente.

En este sentido, Walter Olson, investigador del conservador Instituto Cato, destacó que Kavanaugh buscará mantener la apariencia apartidista de la corte y que algunos ámbitos clave podrían verse afectados con este cambio.

“Es posible que (Kavanaugh) sea más favorable que Kennedy a limitar el aborto, un tema en el que la corte está muy dividida”, aseguró a Efe el experto.

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