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OEA dice que violencia electoral mexicana “no tiene comparación” en la región

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EFE

La Organización de los Estados Americanos (OEA), que llevó a cabo una misión de observación en los comicios mexicanos del 1 de julio, aseguró hoy que la violencia que se ha registrado en este proceso electoral “no tiene comparación en la región”.

El jefe de misión y expresidente de República Dominicana, Leonel Fernández, dijo en una conferencia de prensa que este proceso electoral, que empezó en septiembre del año pasado, es “uno de los más violentos de la región de los últimos años”.

Según las cifras que las autoridades mexicanas reportaron a la OEA, hasta el 29 de junio “103 actores políticos fueron asesinados” durante el proceso. De ellos, 46 eran candidatos y precandidatos.

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No obstante, esta cifra podría ser mayor, ya que un informe de violencia política realizado por la consultora Etellekt estableció que hubo, al menos, 130 asesinatos.

“El hecho de que tantos actores políticos, candidatos, hayan sido asesinados no tiene comparación en la región”, sentenció Fernández.

El día de las elecciones, en el que la misión desplegó a sus 65 expertos por 25 regiones, “transcurrió con tranquilidad en la mayoría de los estados”, aunque en algunas localidades se produjeron “incidentes focalizados de violencia”.

La misión tiene conocimiento de que cinco personas fueron asesinadas en los estados de Michoacán, Chiapas, Guerrero y Puebla, “en incidentes posiblemente relacionados con la elección”.

Fernández agregó que los observadores “reprueban firmemente la violencia en el marco del proceso electoral y hace un llamado a que estos hechos se esclarezcan y se sancione a los responsables”.

A los asesinatos y agresiones físicas se le suman aquellas intimidaciones que se han registrado contra candidatos, “con el fin de que renuncien a su candidatura”.

Durante su misión, que inició el pasado 24 de junio sus actividades en el país, la OEA fue informada de las distintas medidas de seguridad emprendidas por las autoridades para dar protección a los candidatos.

No obstante, el organismo recomendó “reforzar” estas acciones y “garantizar la genuina participación (política) sin ningún tipo de restricción”.

“Para nosotros es clave que el tema de la violencia sea abordado con seriedad para evitar que se repita en el futuro”, remarcó el jefe de misión, quien recordó que las cifras de homicidios de 2017 fue la más alta de las dos últimas décadas.

Además del tema de la violencia, en su informe preliminar los observadores contemplaron aspectos como el funcionamiento de las casillas (mesas electorales).

En este sentido, destacaron que en al menos 292 de las llamadas casillas especiales -instaladas para que puedan ejercer su derecho aquellos votantes que están en tránsito y lejos de su domicilio- se agotaron las papeletas.

Las autoridades, afirmó Fernández, deberían implementar mecanismos de control para “asegurar que solo sufraguen las personas que verdaderamente estaban en tránsito y no se abuse de esta modalidad de votación”, o se podrían contemplar otras acciones como aumentar el número de boletas disponibles en ellas.

La OEA aplaudió que la autoridad electoral mexicana haya puesto en marcha una aplicación a través de la cual los partidos políticos están obligados a registrar sus operaciones financieras y dijo que esto supone un ejercicio de transparencia.

Pese a esto, algunos actores políticos manifestaron a la misión su preocupación “por el posible ingreso de dinero de origen desconocido y no reportado a la campaña”, lo cual “podría distorsionar la equidad de la competencia”, comentó Fernández.

Esta es la cuarta misión que la OEA despliega en México, tras haber observado las elecciones en 2009, 2012 y 2015.

En los comicios del pasado domingo, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador ganó la Presidencia de México con alrededor del 53 % de los votos, situándose a 30 puntos del segundo aspirante, Ricardo Anaya, del conservador Partido Acción Nacional (PAN).

Además, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), cuyo líder es López Obrador, y sus aliados tendrán mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado mexicanos, ampliando el gran margen de maniobra que tendrá el próximo presidente.

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