“Argentina”, la voz flamenca en la nueva versión del espectáculo “Amor brujo”
La cantaora “Argentina”, la voz de la gitana Candelas en la versión ampliada del espectáculo “Amor brujo” que se estrena mañana en Miami, afirma que para disfrutar el flamenco basta con “abrir la mente y el corazón” y “dejarse llevar”.
“Es un arte mundial”, asegura a Efe en medio del guirigay del ensayo general realizado en un estudio del Adrianne Arsht Center de Miami.
La mejor prueba de su afirmación es que el espectáculo basado en “El amor brujo” del compositor español Manuel de Falla surgió de una reunión entre dos venezolanos radicados en Estados Unidos: Gustavo Dudamel, titular de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, y la bailaora y coreógrafa Siudy Garrido, que vive y tiene su propia compañía de baile flamenco en Miami.
“Amor brujo” se estrenó en Los Ángeles en 2015, el año del centenario de la obra de Falla (1876-1946), quien la escribió para Pastora Imperio, y ha recorrido muchas ciudades de Estados Unidos, pero la versión que se pondrá en escena mañana es nueva.
Garrido, quien dice haberse enamorado del flamenco cuando estaba en la barriga de su madre, quien también se dedica a este arte y a producir espectáculos en Venezuela, explica a Efe que ha sido “complejo” crear esta versión extendida de “Amor brujo”, pero era necesario para que el espectador comprendiera mejor la trama y dar más espacio al cante y el baile flamenco.
“Es una obra complicada (“El amor brujo” de Falla), su argumento dramático es bastante complejo y extenso para los extractos musicales tan pequeños (23 minutos) que fueron creados”, explica la bailarina y coreógrafa.
Hasta ahora el espectáculo de Garrido se solía completar con piezas de música clásica, pero ahora gira íntegramente en torno a “El amor brujo”, visto desde “una perspectiva del flamenco”.
Con entradas agotadas para la única función programada, el nuevo “Amor brujo” cuenta con la música de Falla, interpretada por la Orquesta Sinfónica del Sur de Florida, dirigida por la maestra Sebrina Alonso, de origen cubano, pero también con música original creada por José Luis de la Paz, compositor y guitarrista español.
De la Paz, quien está radicado en Miami y asistió también al ensayo general, manifestó que ha tratado de mantener “la personalidad” de su propia música y no de hacer cosas que “imiten” a Falla, aunque ha introducido “guiños” a las melodías y armonías del compositor con el fin de que se puedan “integrar” ambas músicas.
La versión extendida incluye nuevas canciones para “Argentina”, cuyo verdadero nombre es Argentina María López Tristancho, y nuevas piezas de baile flamenco que interpreta la compañía de Garrido con el bailarín y actor George Akram como invitado.
Toda la parte nueva, esencialmente flamenca, va al principio del espectáculo y después sigue la parte directamente basada en “El amor brujo” de Falla, que cuenta una historia de hechizos y brujería, donde el espectro del amante muerto de Candelas se le aparece celoso ante sus amores con Carmelo.
La cantaora de Huelva (sur de España), que en mayo de 2017 publicó el álbum “La vida del artista” y ha estado nominada a los Grammy Latino en dos ocasiones, afirma que cantar “El amor brujo” era una deuda que tenía consigo misma y que pudo saldar gracias a Garrido y Dudamel.
Garrido afirma que con la “realidad y flamencura” aportadas por “Argentina” hacen que el espectáculo se convierte en “magistral”.
El flamenco es un arte que “se apodera de ti, te embruja y te cautiva”. No es que el artista lo escoja, es el que el flamenco te escoge a ti, agrega la bailaora venezolana, acostumbrada a la “extrañeza” que produce en el público que no sea española.
El flamenco es universal, asegura Garrido, que ha presentado hasta ahora diez producciones en el Adrienne Arsht Center y afirma que le encantaría que “Amor brujo” llegará a España, de “donde viene” un arte cuya “naturaleza es el mestizaje”.
“El amor brujo”, estrenado en 1915 en Madrid, era en origen un ballet con cante jondo. Manuel de Falla hizo una versión más estructurada que se estrenó en París en 1925.
