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El narco “La Barbie” pasará probablemente el resto de su vida en prisión

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EFE

El narcotraficante Edgar Valdez Villareal, alias “La Barbie”, que fue una figura importante en el cartel mexicano Beltrán Leyva, fue sentenciado hoy a 49 años y un mes de prisión por cargos de tráfico de cocaína y lavado de dinero.

“Valdez Villareal importó toneladas de cocaína a los Estados Unidos mientras se abría camino despiadadamente hacia los más altos rangos de uno de los más poderosos carteles de México, dejando atrás incontables vidas destruidas por las drogas y la violencia”, declaró Byung J. Pak, el fiscal del Distrito Norte de Georgia tras darse a conocer la sentencia.

Pak advirtió que la sentencia de “La Barbie”, de origen mexicano aunque nacido en Laredo, Texas, hace 44 años, y quien debe su apodo a que tiene el pelo rubio, los ojos claros y la piel blanca, debe servir de aviso a otros narcotraficantes.

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“Él va a estar ahora por casi el resto de su vida en una prisión federal. Los más altos niveles de los carteles de droga de México deben saber que, al igual que La Barbie, ellos van a rendir cuentas por sus crímenes”, indicó el fiscal.

De acuerdo con la fiscalía, además de ser uno de los capos del Cartel Beltrán Leyva, Edgar Valdez Villareal también formó parte del Cartel de Sinaloa.

Durante dos décadas se dedicó al tráfico de drogas y en esa actividad se hizo conocido por la violencia e intimidación con las que actuaba contra sus adversarios.

“La Barbie” dio sus primeros pasos como distribuidor de marihuana en el año 2000 en Laredo, Texas, y poco después desarrolló una red de distribución de cocaína a varias ciudades de Estados Unidos.

Tras su incursión en el tráfico de cocaína, Valdez Villareal se alió con los narcotraficantes Arturo Beltrán Leyva del Cartel de Sinaloa y Joaquín Guzmán Loera, conocido como “El Chapo” para traficar cocaína desde México, Colombia y otros países suramericanos a Estados Unidos.

Solo en Atlanta, las autoridades calculan que distribuyó 1.500 kilos de cocaína en seis meses durante el año 2005.

Tras cumplir su condena, Valdez Villareal deberá permanecer 10 años bajo libertad supervisada y deberá pagar una multa de 192 millones de dólares, impuesta hoy por el juez William S. Duffey Jr.

El ahora sentenciado se declaró culpable en enero de 2016 de conspirar para importar y distribuir cocaína, así como de conspirar para realizar blanqueo de capitales.

Además de la Fiscalía del Distrito Norte de Georgia, participaron en la investigación del caso y acusación agentes de la Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA), el exfiscal John Horn, la subfiscal Elizabeth M. Hathaway, la Jefatura de Narcóticos y Drogas Peligrosas, el fiscal Garrett L. Bradford y la Oficina de Asuntos Internacionales del Departamento de Justicia.

“La larga sentencia recibida por él (Valdez Villareal) hace a Estados Unidos un lugar más seguro”, indicó el agente especial de la DEA a cargo de la oficina de Atlanta, Robert J. Murphy.

El agente agradeció en nombre de la DEA “a sus compañeros locales, estatales, federales, regionales, a nivel nacional y en el extranjero -en especial al gobierno de México-, así como a nuestros compañeros de la Fiscalía del Distrito Norte de Georgia por hacer de este caso uno exitoso”.

Valdez Villareal fue detenido en una zona cercana a la capital mexicana en agosto del 2010 y extraditado a Estados Unidos en septiembre del 2015 para enfrentar los cargos de narcotráfico y lavado de dinero.

“La Barbie” es considerado uno de los traficantes más sanguinarios de México.

Tras la muerte del líder del cartel Beltrán Leyva, en 2009, se enzarzó en una encarnizada lucha por el control de la organización delictiva que dejó cuerpos decapitados y acribillados en las calles de Cuernavaca y Acapulco como forma de intimidar a sus adversarios.

Cuando hace ocho años fue detenido, la Procuraduría General de la República de México (PGR, Fiscalía) dijo que “La Barbie” era “uno de los hombres clave del narcotráfico en México en los últimos años y uno de los principales líderes de la organización de los Beltrán Leyva”.

El narcotraficante comenzó su carrera delictiva entre bandas en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, nordeste de México, en los años noventa y rápidamente logró abrirse paso hasta las primeras filas del crimen organizado en México por sus buenos resultados en enfrentamientos con “ Los Zetas “, antiguo brazo armado del cartel del Golfo.

Antes de su captura, Estados Unidos había ofrecido una recompensa de dos millones de dólares, cifra muy cercana a la de la Fiscalía mexicana de 2,26 millones de dólares, por cualquier información que facilitase la detención.

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