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Adame triunfa en México y Hermoso y Castella se llevan orejas muy discutidas

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EFE

El mexicano Joselito Adame se alzó hoy como triunfador de la tercera corrida de la Feria de San Marcos en Aguascalientes al cortar dos orejas de su segundo toro, mientras el navarro Pablo Hermoso de Mendoza y el francés Sebastián Castella se llevaron también sendas orejas muy discutidas.

Se lidiaron dos toros de la Estancia para rejones, muy bueno el cuarto y cinco de Jaral de Peñas a los que les ha faltado raza y emoción, salvo el sexto, que fue un buen toro gracias a que José Adame lo cuidó y lo llevó como un maestro.

Un octavo de regalo de Santa Fe del Campo tuvo calidad, aunque pocos pases.

La plaza registró lleno absoluto, sin viento y con mucho calor.

Hermoso de Mendoza ha tenido una tarde que no ha sido muy afortunada pues en su primer toro solo estuvo regular, muy mal a la hora de matar y la gente lo despidió con una manifiesta división de opiniones.

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El cuarto ha sido un toro con calidad que para el rejoneador ofrecía opciones estupendas. En momentos tuvo destellos de su señorío, pero sin mantener el entusiasmo y mató con un rejón de muerte recibiendo dos orejas, una de ellas protestada con bastante ruido.

Castella no tuvo suerte en su lote. Dos toros deslucidos, sin calidad y sin energía. El francés estuvo dispuesto pero demasiado mecánico, sin gustarse y sus faenas no tuvieron relieve alguno, tanto en el segundo como en el quinto: un sobrero que salió en lugar del titular, que se fracturó el pitón izquierdo.

Regaló un octavo toro, bien con el capote y un inicio de faena con calidad y cuando el toro vino a menos se puso mecánico, se vino la faena abajo y mató de estocada defectuosa pese a lo que se llevó un trofeo.

Joselito Adame, en su primero, tampoco fue bueno, aunque se le vio firme, con deseos, sin buscar el aplauso fácil del público y estado muy torero. Mató de pinchazo, estocada y descabello para recibir ovación.

Al sexto lo recibió con verónicas y lo fue cuidando y el toro fue dando de sí gracias a que lo pasó crudo, casi sin castigo. Este torero de Aguascalientes elaboró una faena bien estructurada, con plan sobre ambas manos y así convenció al público de su valía. Mató de magnífica estocada y unánimemente al grito de “torero, torero” paseó las dos orejas ganadas a toda ley.

Este toro le dio una paliza al puntillero porque estando echado lo paró y de milagro no le hizo daño.

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