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Educación humanística, clave para afrontar mundo laboral lleno de tecnología

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EFE

La tradición humanística representa un valor fundamental a la hora de afrontar las tareas que imponga el mundo laboral venidero, cada día más mecanizado, contó hoy a Efe el rector de la Universidad de Salamanca (Usal), Ricardo Rivero.

“El humanismo es cada vez más importante porque en un mundo cada vez más automatizado lo que va a diferenciar a las personas de la máquinas en el desarrollo de las tareas que tengan que realizarse va a ser su capacidad de comprender la realidad en términos humanos”, aseveró el experto en gestión universitaria.

Con la previsión de que “casi todos los oficios tenderán a mecanizarse”, el elemento diferencial que proporcione un desempeño adecuado de las labores “va a ser la capacidad de comprensión humana”.

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El rector, que se encuentra en Ciudad de México con motivo de la VII Asamblea Extraordinaria de la Unión de Universidades de América Latina y El Caribe (Udual), afirmó que esta tradición humanística es una de las cosas que su entidad tiene que aportar al sistema de estudios superiores latinoamericano por tener “raíces profundas” que vinculan a la institución española con el humanismo.

La casa de estudios, que cumple 800 años desde su fundación, destaca, de acuerdo con el académico, por inculcar a sus alumnos “una serie de valores que tienen que ver con el humanismo, el desarrollo de la persona, la defensa de los derechos y los principios democráticos”.

Aun con un gran peso del raciocinio, el análisis y la ética, las universidades del mundo actual están llamadas a “navegar entre dos riesgos, la tecnofilia y la tecnofobia”.

“La tecnofilia es pensar que las tecnologías lo resuelven todo y que programas autosugestivos pueden sustituir la formación superior”, precisó el experto, refiriéndose a que la pulsión autodidacta que brinda la tecnología no puede equipararse a la riqueza que da la asistencia a clase y el contacto tanto con docentes como con compañeros de estudios.

La tecnofobia, por su parte, significaría “desmerecer las oportunidades que presentan, indudablemente, las nuevas tecnologías a la hora de favorecer el proceso de enseñanza y aprendizaje”.

Por ello, Rivero llamó a “hacer un uso razonable, comedido, e inteligente de las nuevas tecnologías” en su aplicación a las carreras universitarias.

Ahondando en ello, aclaró que las tecnologías no engloban solamente la hiperconectividad natural de internet, sino también los medios audiovisuales y las tecnologías de innovación docente, “que hacen mucho más atractivo el proceso de aprendizaje”.

La transición de las instituciones académicas a un estado completamente tecnológico “va a ser muy largo, porque las tecnologías evolucionan sin parar y muy rápidamente”.

El catedrático de derecho administrativo de la Usal valoró positivamente el hecho de que la mayoría de universidades iberoamericanas estén avanzando muy decididas en esa línea, con la implementación de campus virtuales y ofertas de estudios semipresenciales o completamente a distancia.

“Sabemos que si no entramos en el mundo de las nuevas tecnologías las universidades nos convertiremos en diplodocus. De esto somos conscientes todos los gestores universitarios”, expuso.

Eso sí, hay algo que llamó a descreer y es que “los nuevos formatos tecnológicos de educación superior van a sustituir a los anteriores”.

“Pienso que esos nuevos formatos complementan a los anteriores, y de momento la mayor parte de universidades de calidad están realizando estrategias de complementariedad”, aseguró.

El español concluyó comentando que los recursos económicos no tienen porque condicionar la calidad de la educación, puesto que “hay países que, con una capacidad económica menor, presentan buenas experiencias”.

“Los recursos son importantes pero no son el único factor de la calidad académica”, expresó.

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