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No juzgarán a los policías que mataron a un afroamericano en Luisiana

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EFE

Dos policías blancos implicados en la muerte en 2016 del afroamericano Alton Sterling en Baton Rouge (Luisiana), un suceso grabado en vídeo que provocó una ola de protestas en todo el país, no serán juzgados por esa muerte, informó hoy el fiscal general de Luisiana, Jeff Landry.

“El Departamento de Justicia de Luisiana no puede proceder con la acusación”, señaló Landry en una rueda de prensa en Baton Rouge, que fue epicentro de las protestas que a raíz de esa muerte se dieron contra el abuso de la fuerza por parte de la policía.

El fiscal luisiano anunció su decisión casi once meses después que el Departamento de Justicia exonerase también a los agentes Blane Salamoni y Howie Lake al asegurar que no encontró “pruebas suficientes” para seguir un proceso judicial.

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En su declaración ante los medios, Landry aseguró que “las pruebas disponibles para los investigadores estatales mostraron que los agentes no actuaron fuera de los márgenes de la ley”.

Ambas decisiones ponen fin al riesgo de los dos policías blancos a enfrentar un enjuiciamento criminal, que podía haber acabado en varios años de cárcel para Salamoni y Lake.

La muerte de Sterling ocurrió el 5 de julio de 2016, cuando los agentes respondieron a la llamada de un vecino que alertaba de un hombre afroamericano que estaba vendiendo cedés de música fuera de una tienda y había comenzado a proferir amenazas mientras sostenía una pistola.

Los policías respondieron a la llamada, llegaron al estacionamiento de la tienda donde estaba el hombre, se produjo una confrontación y Sterling recibió varios disparos.

El suceso fue grabado por un teléfono móvil y las imágenes fueron emitidas durante meses por los medios de comunicación.

El vídeo muestra a dos agentes blancos que tiran al suelo a Sterling y, una vez lo tienen completamente inmovilizado, uno de ellos saca lo que parece ser una pistola, la coloca en el cuello del fallecido y se oyen tiros mientras la cámara se aparta de la escena.

En la secuencia, antes de que la cámara se mueva, se oye una voz que grita: “¡Tiene un arma, un arma!”.

Horas después de los disparos, se produjeron las primeras manifestaciones en Baton Rouge, que acabaron multiplicándose en varias ciudades de la nación.

La muerte de Sterling coincidió en el tiempo con la de Philando Castile, otro hombre que perdió la vida el 6 de julio en Falcon Heights (Minesota).

Los dos sucesos reabrieron la polémica sobre el tema racial y volvieron a poner sobre la mesa el problema de la violencia policial contra las minorías.

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