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Talabartería, tradicional oficio que resiste a desaparecer en sur de México

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EFE

La talabartería o guarnicionería, el arte de trabajar diversos artículos de cuero, sobrevive en la ciudad mexicana de San Cristóbal de Las Casas (sureste) gracias al esfuerzo de dos familias que trabajan el cuero de manera artesanal.

Antaño floreciente, el manejo artesanal del cuero, que tenía un perfil de industria, ahora es un oficio en peligro de extinción en esta ciudad, la tercera en importancia en el estado suroriental de Chiapas, aunque estas familias se niegan a dejarlo morir.

“Yo vine en 1982. En ese tiempo empecé y había varios talabarteros en la Calle Real”, contó Ricardo Bolom Moxan a Efe, al tiempo que recordó los nombres de algunos de ellos como Diego Porras, Humberto Porras, Vicente Hernández y Agusto Burguete. Indicó que este último “precisamente era el dueño de este negocio” y fue su maestro.

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“Pero pasó el tiempo, falleció y me quedé con el negocio. Me dejó esa herencia (la talabartería) y sigo trabajando aquí”, apuntó.

Refirió que la gente sigue encargando trabajos, pero cada vez menos. “Hacemos bolsos, cinturones, carteras y fundas para teléfonos móviles; antes se hacían muchos implementos para caballerangos y caballo, pero se acabó todo porque se acabaron las rancherías”, apuntó el artesano, originario de Huixtan, municipio a unos 32 kilómetros de San Cristóbal.

Pero aunque son contadas las personas que viven de este oficio, ambas familias ofrecen productos de muy buena calidad y utilizan piel 100 % natural de ganado y en algunas ocasiones hasta pieles exóticas.

“Es un oficio difícil, pero hay mucha gente que no valora la mano de obra”, dijo Yolanda Román Aguilar, otra talabartera y zapatera, de San Cristóbal.

Añadió que “ahora todo se hace en fábricas y nuestro oficio está por desaparecer; todo es más comercial”.

La mujer contó que al ser productos hechos a mano, su duración es mayor, pero la gente no aprecia esa ventaja porque solo busca un menor costo.

Un ejemplo son los huaraches (sandalias) industrializados, artículos que han desplazando casi en su totalidad a los de piel natural elaborada a mano, dándole fin a una tradición, pero sobre todo aminorando la posibilidad de los artesanos de continuar su oficio y generar ganancias económicas para sus sustento.

La talabartería fue la actividad principal de cientos de familias en San Cristóbal y con raíces en la época de la Colonia, pero con la modernidad del siglo XXI el oficio está en peligro de desaparecer, además de que los jóvenes no están interesados en este oficio como fuente de trabajo.

Pese a todos estos factores, los talabarteros saben que aunque los trabajos en piel son poco conocidos, todavía se conservan, e incluso se han vuelto tradición con un enorme potencial turístico.

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