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El poeta Juan Felipe Herrera presenta una autobiografía “juguetona”

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EFE

“Jabberwalking” es el libro más reciente, “juguetón” y autobiográfico del poeta Juan Felipe Herrera, un chicano trashumante que, durante dos años, tuvo a su cargo el puesto de “poeta de Estados Unidos” en la Biblioteca del Congreso.

La traducción al español de “Jabberwalking” sería “habla, caminante” o “habla y escribe”, indica el bardo en entrevista con Efe al margen de su presentación en el Miami Dade College , que lanza cada noviembre una feria internacional de libros y autores, aunque a lo largo del año presenta novedades editoriales como la de Herrera.

“Quería presentar un libro que fuera juguetón y a la vez un manual para mostrar cómo escribo yo, que hago muchas caricaturas, muchos renglones libres, experimentales, uso periódicos de fondo, invento poemas al instante y muchas veces camino con bolígrafo y papel anotando lo que veo”, sostuvo el también dibujante, nacido en California hace 69 años de padres mexicanos.

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Según el autor, elegido en 2015 por la Biblioteca del Congreso estadounidense como una suerte de “poeta nacional”, con “Jabberwalking” se propuso hacer “un casi-libro” para enseñar a la gente a divertirse con pocos recursos materiales.

“Con este libro le digo a todos: experimenten, salgan al sol, pónganse a hacer garabatos, usen periódicos viejos”, explica Herrera sobre su volumen de 144 páginas ilustrado por él mismo con dibujos atrevidos que a veces parecen jeroglíficos.

“Es el libro de mi vida”, suelta de pronto con un ejemplar entre las manos.

“Tengo aquí memorias, por ejemplo, de 1964. Una foto de mi papá; hablo de cuando estaba en la secundaria, pero le pongo mucha pimienta, salsa y ritmo a las palabras. Quiero que el lector se lleve la sensación de estar corriendo o caminando. Está aquí mi método de trabajo que es muy físico, muy social”, argumenta.

Según el chicano afincado en Fresno, California, “en el corazón campesino del Valle de San Joaquín”, este libro que presenta ahora y sobrepasa la treintena de títulos suyos, es autobiográfico pero también cuenta con elementos de ficción.

En el argumento, uno de los personajes tiene la meta de llegar a la Biblioteca del Congreso para escribir un poema con el método particular del “jabberwalking”, nada más parecido a su realidad.

Entremedias hay dos personajes que, según Herrera, “saltan de las páginas del libro”; aparece una entrevista con un chófer y hay “sorpresas” como un examen que el lector está obligado a pasar.

“Jabberwalking” hasta el momento cuenta solo con edición en inglés, pero el autor, que ha recorrido Estados Unidos “de un estado a otro, de la nieve al calor y de las escuelas primarias a las universidades”, promete conseguir una versión en español.

Durante los dos años en que tuvo despacho en la Biblioteca del Congreso lanzó el programa “Casa de colores”, para que autores dentro de Estados Unidos le enviaran poemas escritos en cualquier lengua y sin que tuvieran una definición estética preestablecida.

“Ahí están”, asegura el chicano. “Se pueden consultar en cualquier momento en la Biblioteca del Congreso”.

También desarrolló un taller de creación con 40 distritos escolares en Chicago, además de reunirse con todos los estratos sociales del país, lecturas suyas mediante, y montar uno de sus poemas con un coro de gospel.

“Un día me llamó el (entonces) director de la Biblioteca del Congreso, James Billington, que ya había hecho esa misma llamada durante 28 años antes de hacérmela a mí. Me proponía ser el poeta laureado de Estados Unidos”, recuerda Herrera.

“Me sorprendió mucho. También me dio mucho gusto porque hemos luchado lo suficiente para que nuestra voz se escuche, se imprima, para que salgan nuestros libros y nuestras historias. Esa idea fue el corazón del proyecto que desarrollé”, indica.

Herrera se sintió extraño al vestir de riguroso traje y participar en banquetes durante ese tiempo, pero asegura no haber perdido su esencia campesina, herencia de padres que trabajaron las uvas de California.

Su puesto como “poeta nacional” estaba marcado para un año, pero se lo extendieron a dos y con gusto los vivió entre 2015 y 2017.

“Regresé con muchas emociones sobre los indocumentados, sobre la frontera. Todo eso me estaba hirviendo y lo escribí como un león. ¡Aprendí mucho!”, exclama el autor.

Dice Herrera que en su viaje por el país vio “lo dulce y lo amargo” y que eso le sirvió para escribir su próximo libro, “I’m talking to you” (Estoy hablando contigo).

“Me afectó ese proceso, pero para eso estoy aquí, para ser afectado y responder”, dice.

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