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El silencio tras el abuso “explota como un volcán” en la película “Cenizas”

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EFE

La película “Cenizas”, del director ecuatoriano Juan Sebastián Jácome, se estrena hoy en el Festival de Cine de Miami con la intención de llevar a Estados Unidos un drama familiar que tras años de silencio “explota” como el volcán que llena de cenizas a sus protagonistas.

Además de estrenarse mundialmente en el Festival de Cine de Miami, “Cenizas”, coproducción entre Ecuador y Uruguay, es uno de los 16 filmes que compiten en el premio HBO para películas Iberoamericanas del certamen.

La erupción del volcán Cotopaxi en 2015 le sirvió a Jácome para enmarcar una historia que tenía en su mente desde hacía diez años: la separación de un padre y una hija a raíz de un supuesto abuso familiar, tratado a través del silencio y del hermetismo.

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“La historia es como un volcán. Durante años va cocinando algo hasta que de repente tiene que explotar. Me di cuenta que era la metáfora perfecta”, dice el director ecuatoriano en entrevista con Efe.

Y es que En “Cenizas”, Jácome quiso tratar “un tema universal”, la relación entre padres e hijos, que, a su juicio, “no se ha explorado lo suficiente en el cine”.

Como lo hace Cotopaxi, uno de los volcanes activos más altos del mundo, que rompe su silencio y nubla la ciudad de cenizas, Caridad (Samanta Caicedo) se reencuentra con su padre (Diego Naranjo) 15 años después de haber sido separados, sin saber el motivo.

“Yo vi mucho esto, crecí en una sociedad conservadora como Quito, y me parecía terrible. Se separa los abusadores de los abusados y se piensa que el tiempo va a curarlo todo. Lo único que hace es que las emociones y las frustraciones crezcan hasta explotar”, asegura Jácome.

De este modo, el silencio se convierte en el elemento esencial del filme. “Traté de explotarlo en todos los sentidos. Siempre hay un silencio atrás, un hermetismo, y Caridad es víctima indirecta de este silencio”, explica el cineasta, autor de “Ruta de la luna” (2012).

“Si los temas son tratados desde el silencio las víctimas se multiplican”, dice Jácome, que con la irrupción de movimientos como el ‘Me Too’ (Yo también), que denuncia el acoso sexual del que son víctimas las mujeres, “se dio cuenta de que este tema tabú no es solo una cosa de su Quito natal”.

Asimismo, el director asegura que el primer paso para luchar contra temas de abuso es comunicarlos, y considera que su película se convierte en una invitación al diálogo.

“Cenizas” cuenta con la producción de Andrew Hevia, coproductor de “Moonlight” (2016), ganadora el año pasado de tres premios Óscar, entre ellos el de mejor película, una participación premeditada “para poder abrirse las puertas a Estados Unidos, más de lo que es usual en una película en español”, indica Jácome.

A juicio del productor de “Moonlight” y “Cenizas”, ambas películas tienen en común que son historias “íntimas de un lugar en concreto explicadas de una forma accesible”, y recordó que, antes de ser galardonada, “Moonlight” era una producción local “muy modesta”.

“Creo que ‘Cenizas’ tiene absolutamente las mismas oportunidades de hacer lo mismo que ‘Moonlight’. Hay un excelente trabajo para que sus problemas sean comprensibles y que la gente pueda conectar incluso si no hablan su lengua”, dice a Efe Hevia.

“No creo que esto sean obstáculos para conectar con audiencias globales. No importa que Quito esté demasiado lejos”, añadió el productor estadounidense.

“Sea en Liberty City (empobrecido barrio de Miami en donde se desarrolla la historia de “Moonlight”) o en Quito”, se trata, según sus autores, de historias con pocos personajes, “pero muy personales”.

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