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Cierra ronda del TLCAN sin grandes avances y marcada por polémica arancelaria

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EFE

La séptima ronda de negociación del TLCAN culminó hoy en México con solo tres capítulos cerrados y sin tratar los temas más complejos, además de estar marcada por el polémico anuncio de Estados Unidos sobre la imposición de aranceles y restricciones a la importación de acero y aluminio.

En un mensaje a medios, el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, afirmó que si bien ha habido “esfuerzos” por parte de los equipos negociadores, no se ha avanzado “como se esperaba”.

Lamentó que en esta nueva tanda de conversaciones, que tuvo lugar del 25 de febrero al 5 de marzo en Ciudad de México, solo se cerraron tres capítulos.

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En total son 30 capítulos los que deberán concluir para renovar este acuerdo que entró en vigor el 1994 entre México, Canadá y Estados Unidos, y que ahora este último país, en un afán proteccionista, quiere cambiar porque considera que perjudica los intereses nacionales.

En esta ronda se cerraron los capítulos en medidas fitosanitarias, transparencia y buenas prácticas regulatorias, además de anexos en sustancias químicas y fórmulas y patentes. También se avanzó en otros sectores como el de telecomunicaciones.

Para Lighthizer, esto fue insuficiente. “Para cerrar el TLCAN 2.0 necesitamos un acuerdo en 30 capítulos, y ahora solo tenemos seis. Pero al final de cualquier negociación hay más convergencia”, dijo, más optimista, Lighthizer.

Deseó una negociación “exitosa”, pero recordó que Estados Unidos no descarta pactos bilaterales si falla este trilateral.

A su turno, el secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, le rebatió buena parte del discurso.

Guajardo vio el vaso medio lleno y recordó que solo en esta última ronda se lograron cerrar los mismos capítulos que en las seis anteriores. “Aumentamos en 100 % la eficiencia”, remachó.

Reiteró que este convenio debe modernizarse a través “de la expansión” y consideró factible llegar a esta “convergencia”.

La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, mostró, una vez más, sintonía con México. Habló de la necesidad de un acuerdo que sea un ganar-ganar-ganar para los tres países.

Pero estas palabras son muy parecidas a las de otras rondas, y la realidad es que este séptimo encuentro -el último planificado originalmente, y con un centenar de participantes- no ha dado los frutos esperados, ni de lejos.

Al inicio de estas conversaciones los expertos auguraban avances en temas decisivos, y espinosos, como las reglas de origen en el sector automotriz, que buscan garantizar el uso de productos fabricados en la región, y la cláusula “sunset”, que obliga a revisar el tratado cada cinco años y daría la posibilidad de salir de él.

Pero era demasiado pronto para esperar avances substanciales. Tal como explicó Guajardo, se abrió “un paréntesis” en el sector automotriz, pues Estados Unidos se sentó por fin a escuchar a sus propios industriales, y salió de las conversaciones.

“Pese a que en esta ronda no se lograron definiciones, como en la cláusula ‘sunset’, se avanzó bastante en la mesa de trabajo de negociadores”, remarcó en rueda de prensa.

Esta última semana ha causado gran expectación el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio para proteger la industria interna.

Este asunto propició una reunión entre Guajardo y el secretario estadounidense de Comercio, Wilbur Ross, e impactó en las negociaciones del TLCAN.

Este lunes, el presidente de Estados Unidos fue muy explícito en su red social favorita, Twitter, e indicó que podría eliminar los aranceles a las importaciones de acero y aluminio de Canadá y México si se logra “un nuevo y justo” acuerdo.

Guajardo dijo que México no actuará hasta que vea “pasos concretos” de Estados Unidos, y consideró que esta posible imposición de aranceles sería contraproducente, y además México tiene un déficit comercial de 2.000 millones de dólares con EE.UU. en este rubro.

Freeland aseguró que su país no aceptará “ninguna restricción” y que de darse estas regulaciones -que contemplan aranceles de 25 % en acero y de 10 % en aluminio- Canadá “tomará medidas apropiadas” para defender los intereses comerciales y del trabajador.

Aunque la ronda siete del TLCAN debió ser clave para llegar al hueso del convenio, ninguno de los países quiere tirar la toalla y la voluntad es patente.

La octava ronda se celebrará a inicios de abril, previsiblemente en Washington, y para acelerar el proceso tendrán una serie de reuniones previas de trabajo, incluso ministeriales.

Y todo ello, de ser posible, antes de los distintos comicios que se efectuarán en América del Norte antes de fin de año, como las presidenciales en México del 1 de julio o las de medio término en Estados Unidos a fines de año.

“Esto complica nuestro trabajo, pues cuanto más procedamos, más sentiremos estos vientos políticos”, apuntó Lighthizer.

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