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Indígenas demandan la reforma del “colonial” sistema judicial de Canadá

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EFE

La polémica absolución de dos personas acusadas de matar a jóvenes indígenas está provocando manifestaciones y protestas en todo Canadá y demandas de que el sistema judicial canadiense sea reformado para que deje de ser una “institución colonial”.

En las últimas horas, miles de personas han participado en decenas de manifestaciones en todo el país para protestar contra la absolución el pasado jueves de Raymond Cormier, de 56 años de edad.

Cormier había sido acusado de la muerte de Tina Fontaine, una adolescente indígena de 15 años de edad cuyo cuerpo magullado apareció en un río de la ciudad de Winnipeg, en el centro del país, en 2014.

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Manifestantes en Toronto, Montreal, Halifax, Winnipeg, Saskatoon y otras localidades demandaron “justicia para Tina” y criticaron el sistema judicial y policial canadiense por el tratamiento que sufren los indígenas del país.

El viernes, la Federación de Naciones Indígenas Soberanas (FSIN por sus siglas en inglés), un grupo que representa a 74 tribus indígenas de la provincia de Saskatchewan, solicitó una comisión real para investigar la discriminación contra indígenas en el sistema judicial canadiense.

Y es que el estupor causado por la absolución de Cormier en muchos sectores de la sociedad canadiense, y rabia generalizada entre la población indígena del país, se une la reciente absolución de otra persona acusada de matar a un indígena de 22 años de edad.

La muerte de Fontaine fue especialmente significativa hace cuatro años.

La desaparición y el hallazgo de su cuerpo sin vida, envuelto en un plástico y cargado con piedras para mantenerlo oculto, provocó un movimiento de repulsa entre las mujeres indígenas canadienses que ayudó a materializar una comisión pública de investigación sobre la desaparición y asesinato de mujeres indígenas.

La decisión de los once miembros del jurado en favor de Cormier se produce días después de que un granjero, Gerald Stanley, de 56 años de edad, fuese también absuelto por la muerte de otro joven indígena, Colten Boushie.

Boushie, de 22 años de edad, murió en 2016 cuando el joven, junto con un grupo de amigos indígenas, se acercó a la propiedad de Stanley, en la provincia central de Saskatchewan.

Los jóvenes declararon que acudieron a Stanley para pedir ayuda porque una de las ruedas del vehículo en el que viajaban había pinchado.

Stanley declaró que Boushie y sus amigos habían intentado robar equipamiento de su granja y que el joven murió cuando el arma que portaba el granjero se le disparó accidentalmente, destrozando su cabeza.

El jurado, compuesto en su totalidad por individuos no indígenas a pesar de que en Saskatchewan un 15 % de la población lo es, absolvió a Stanley a pesar de que el granjero disparó a Boushie a quemarropa en la nuca.

En el caso de Fontaine, Cormier fue absuelto a pesar de que el acusado reconoció que tuvo relaciones sexuales con la menor, la proporcionó drogas y fue grabado por la Policía declarando que “terminó el trabajo” en relación a la joven.

Tras los dos veredictos, Aimée Craft, profesora indígena de Derecho de la Universidad de Ottawa, escribió el viernes un artículo de opinión en el que cuestionó que la población aborigen de Canadá pueda recibir justicia con el actual sistema judicial.

“Como abogada y profesora, entiendo la ley pero no veo la justicia. La verdad es que no hay justicia real para el pueblo indígena. Los sistemas que pretenden hacer justicia nos fallan una y otra vez. El caso de Tina es una clara ilustración de esta terrible realidad”, escribió Craft.

Para muchos, el problema no es que el sistema judicial y policial canadiense no funcione, es que está diseñado para que no funcione para los indígenas.

Max FineDay, director de Canadian Roots Exchange, una organización dedicada a la reconciliación entre indígenas y no indígenas, resumió la situación declarando que el sistema judicial canadiense es una “institución colonial” que los indígenas quieren que sea desmantelada.

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