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Fontanals Cisneros: Tras años de olvido, el arte latinoamericano vive su éxito

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EFE

Ella Fontanals Cisneros, una de las coleccionistas de arte contemporáneo más importantes del mundo, considera que tras un largo proceso para salir del “olvido”, los artistas latinoamericanos han sido reconocidos en los últimos años y están en su “momento de éxito”.

“Todo el mundo está interesado ahora en tener arte latinoamericano”, asegura en una entrevista con Efe en Madrid, donde ha firmado un convenio con el Gobierno para ceder a España de parte de su colección de arte, que se instalará en el edificio de Tabacalera a partir de 2020.

Nacida en Cuba, criada en Venezuela y con pasaporte español, Fontanals Cisneros posee una colección de más de 3.000 piezas, muchas de arte contemporáneo latinoamericano, que gestiona a través de la fundación que lleva su nombre, con sede en Miami.

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“Museos y coleccionistas están apoyando en la actualidad el arte de Latinoamérica, una zona que estuvo mucho tiempo olvidada pero que en los últimos diez o quince años ha vivido un boom”, destaca.

Fontanals Cisneros comenzó a coleccionar arte a principios de la década de los 70 y quiere que las obras que ha atesorado estén a disposición del público: “hay muchos museos con obras en los sótanos que no ve la gente y yo lo que quiero es prestarlas continuamente porque están hechas para que lleguen al máximo de personas”, explica.

Es lo que ha llevado a esta coleccionista a acordar el inicio del proceso para donar al Estado español parte de su colección, que incluye no solo obras pictóricas sino también vídeo y fotografía moderna y que, bajo la denominación de Colección de Arte Contemporáneo de las Américas, ocuparán 5.000 metros cuadrados en el edificio de Tabacalera en Madrid.

España compartirá la titularidad de esta colección con otra institución de relevancia internacional que la coleccionista está estudiando para albergar en América la otra parte de sus obras.

“Estamos evaluando instituciones que puedan tener el espacio físico para exponer de forma perenne” en América la otra parte de su colección, de tal forma que esté en dos sedes al uno y otro lado del Atlántico.

Quiere evitar “repartirla en pedacitos y dejar 10 obras aquí, 20 allí y 50 allá, porque se diluyen”, señala.

Siempre a la búsqueda de cosas nuevas en el arte, considera que de todas hay algo que aprender: “el arte siempre responde a la cultura y a lo que vive el artista, lo que pasa en su país y su entorno” dice esta coleccionista, que explica cómo ha sido muy enriquecedor para ella ver cómo los procesos sociales, económicos y políticos influyen en el arte.

Por eso considera grave el que, para los Gobiernos en general, “el arte es una cosa secundaria y cuando hay problemas económicos o políticos, pasa a ser lo último”.

En Venezuela, dice, se han perdido instituciones culturales y espacios expositivos porque “no se les ha dado la importancia que tienen” y por ello “se han perdido generaciones nuevas de artistas que no tienen donde exhibir sus obras”.

Por el contrario, y al revés que en otros lugares, agrega, en su país de nacimiento, Cuba, “siempre ha sido muy importante el arte”.

“El Gobierno cubano sí se ha preocupado mucho por el arte”, señala la coleccionista, que ha encontrado en ese país “los artistas más fabulosos e increíbles”.

Por ello, en los últimos cinco años ha adquirido mucho arte cubano: “he recuperado muchos artistas que estaban olvidados, he hecho muchas investigaciones y tengo un proyecto para comprar un archivo que está en manos privadas, recuperarlo y exponerlo para el público cubano”.

De toda su colección, Fontanals muestra predilección por las obras de abstracción geométrica, entre ellas de Gego, Jesús Rafael Soto, Alejandro Otero, Lygia Clark y Mira Schendel, pero también por la fotografía modernista, de cuyo coleccionismo fue pionera.

“La fotografía modernista estaba olvidada completamente, y cuando comencé a investigar sobre ella, hace 10 ó 15 años, nadie estaba interesado”, recuerda la coleccionista, que encontró a artistas y obras “impresionantes”. Y así comenzó una colección que hoy en día “todo el mundo quiere”.

Por Carmen Naranjo

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