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Con una manifestación recuerdan la deportación hace un año de una mexicana en EE.UU.

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EFE

Un año después de la deportación de la mexicana Guadalupe García, sus hijos y su esposo, así como la comunidad y grupos civiles, instaron ante oficinas de Inmigración en Phoenix (Arizona) a detener las repatriaciones que “injustamente” separan familias.

“Desde el caso de Guadalupe las deportaciones han ido en aumento en el país, pero en Arizona existimos las personas más preparadas para luchar contra estas medidas”, declaró a Efe Carlos García, director de la organización Puente.

El caso de Guadalupe García logró notoriedad nacional por ser una de las primeras deportaciones bajo las nuevas directrices migratorias del presidente Donald Trump.

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El activista recordó los ataques y la redadas masivas del exalguacil Joe Arpaio contra la comunidad indocumentada y la lucha que libraron contra él en las cortes por discriminación.

“La gente nos decía que no había manera de detenerlo y lo logramos, ahora tenemos que hacer lo mismo con Donald Trump. Estoy consciente que vamos a perder a muchos miembros de la comunidad, pero tenemos que luchar contra las políticas de deportación”, aseguró Carlos García.

La mujer fue arrestada en 2008 durante una de las primeras redadas contra indocumentados del entonces alguacil Arpaio y acusada de utilizar un número de Seguro Social que pertenecía a otra persona.

A pesar de ser madre de dos ciudadanos estadounidenses, de haber vivido durante más de 20 años en EE.UU. y de haber pagado sus impuestos, Guadalupe García fue deportada y separada de su familia.

Su esposo, identificado únicamente como Arón, indicó a Efe que no olvidan que hace un año fue deportada “Lupita”, por lo que la familia se reunió para manifestarse contra las políticas migratorias de Trump.

“Sigue deportando familias, no se está enfocando en criminales como decía, sino que está atacando familias trabajadoras como la mía. Estamos aquí para mandar el mensaje que no nos vamos a dejar, él no declaró la guerra en su último informe y estamos dispuestos a resistir”, expresó.

Aseguró que no tienen miedo y que seguirán luchando porque rechazan la separación de familias, el muro, la militarización de la frontera y “las políticas de su sucio Dream Act” para los “soñadores”.

Jacqueline, hija de 15 años de la pareja, dijo a Efe sentir una gran tristeza al crecer sin su madre, y lamenta que ese es el sentimiento de miles de familias.

“Antes estaba acostumbrada a llegar a mi casa y platicar con mi madre y ahora únicamente lo puedo hacer por videollamada”, comentó.

“Aunque mi madre tiene una tortillería, constantemente me dice que se siente muy sola porque no tiene a sus hijos y su esposo”, agregó.

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