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Bostich & Fussible (Nortec Collective), el sonido mutante de Tijuana

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Los mexicanos Bostich & Fussible, pertenecientes a la banda Nortec Collective, explicaron a Efe que su mezcla de música norteña y electrónica nace y se nutre de la frontera y de las experiencias de una ciudad mutante y tan peculiar como es Tijuana.

“Es una ciudad muy bizarra y te da para inspirarte, para encontrar siempre algo con lo que trabajar. Es como un campo, aunque aquí no hay árboles porque es una zona desértica: un campo de trabajo donde florecen muchas cosas que tú puedes aprovechar”, comentó en una entrevista telefónica Pepe Mogt, alias Fussible.

Pertenecientes a la agrupación artística Nortec Collective, que desde 1999 ha explorado los cruces creativos entre la tradicional música norteña de México y los ritmos electrónicos de estilos como el techno, Bostich (Ramón Amezcua) & Fussible actuarán el miércoles 10 de enero en el teatro Regent de Los Ángeles.

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Este será uno de los últimos conciertos que Amezcua y Mogt, los dos DJ detrás de Bostich & Fussible, ofrezcan antes de tomarse un respiro para afrontar nuevos rumbos musicales.

“Desde que sacamos ‘Tijuana Sound Machine’ (2008) no tuvimos ni vacaciones, nada. No hubo una pausa. Siempre estuvimos tocando (...). Ahora sí necesitamos estar en casa, que tenemos unos equipos nuevos y estamos experimentando cosas distintas”, explicó Pepe Mogt.

De la mano de canciones como “Tijuana Sound Machine”, “Tijuana Makes Me Happy” o “Tengo La Voz”, los miembros de Nortec Collective realizaron giras con éxito por clubes de todo el mundo.

Pese a lo rupturista que pudiera parecer, en los orígenes de Nortec Collective, la combinación de las melodías norteñas de los acordeones con los “beats” de las cajas de ritmos, Pepe Mogt encuadró su obra dentro de la naturaleza mestiza y de fusión de Tijuana.

“Nortec Collective no hubiera nacido si Tijuana no tuviera esa historia”, aseguró.

Mogt argumentó que el mito de “la experiencia Tijuana”, una ciudad en la que en apariencia todo es posible, se remonta a los años 20 y 30 cuando la Ley Seca en Estados Unidos hizo que muchísimos estadounidenses viajaran a esa población fronteriza en busca de los vicios prohibidos, incluidos estrellas de Hollywood como Charles Chaplin o Rita Hayworth.

La música se alimentó con el jazz de Charles Mingus o de Herb Alpert & The Tijuana Brass, pero Mogt también recordó que el guitarrista de rock Carlos Santana dio sus primeros pasos en Tijuana antes de sumergirse en el movimiento hippie de San Francisco.

De la misma manera, Mogt explicó que cuando era niño “vivía a media cuadra” de la avenida Revolución, el eje vital de Tijuana, por lo que estaba expuesto a los ritmos tradicionales mexicanos pero también a otros estilos.

“Dicen que uno queda marcado por la música que escucha de pequeño. A mí lo que me marcó como niño, a finales de los 70, era el carrito que vendía la nieve (helado) que traía el tema ‘Popcorn’ de Gershon Kingsley”, dijo.

Mogt rememoró además que le influyó mucho de joven la programación del club Iguanas, en el que a finales de los años 80 y 90 actuaron grupos como Nirvana o Nine Inch Nails que llevaron a Tijuana a convertirse en “una capital musical”.

“Como San Diego (la urbe fronteriza en la parte estadounidense) es una ciudad muy conservadora y muy ñoña, los promotores decidieron que era mejor abrir un club en Tijuana para traer a las bandas internacionales”, explicó.

“Para mí fue un choque. Yo ya adoraba la música, pero de repente estabas brincando ahí y con tus héroes en el ‘backstage’ o en la barra”, apuntó.

Mogt dijo que “la experiencia Tijuana” persiste aunque ha ido mutando: ahora hay cosas “muy padres”, como el auge de la gastronomía, pero también “la parte cutre” de la calle Coahuila, el barrio rojo de la ciudad y en el que la explotación sexual de mujeres pasó de “prostíbulos pequeños” a ser “como una súper industria gigantísima”.

En una ciudad de multiculturalidad y migración pero también de violencia y narcotráfico, Mogt afirmó que al final las fronteras son una cuestión “simbólica”.

“Cuanto más te vas acercando (a la frontera), más te vas dando cuenta que es algo que no existe, que hay grietas. Por más que la hagan grande, hay grietas”, reflexionó sobre el controvertido proyecto del presidente de EE.UU., Donald Trump, de construir un muro entre México y EE.UU.

“Lo más triste de todo es que se gastarán millones cuando creo que son innecesarios (...). Por qué invertir tantos millones en ello cuando se pueden invertir en resolver problemas muy graves que tiene Estados Unidos”, finalizó.

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