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La ONU reclama garantías para el regreso de los rohinyás a Birmania

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La ONU reclamó hoy toda una serie de garantías para permitir un regreso seguro de los refugiados rohinyás de Bangladesh a Birmania en el marco del pacto sellado entre los dos países el pasado 23 de noviembre.

“La repatriación y las políticas de reconciliación fracasarán si no hay rendición de cuentas y un Estado de derecho no discriminatorio”, defendió el jefe de Asuntos Políticos de la organización, Jeffrey Feltman.

En una reunión del Consejo de Seguridad, Feltman insistió además en la necesidad de contar con medidas de seguridad pública que den respuesta a los “miedos y la desconfianza entre las comunidades de Rakáin”, el estado birmano epicentro de la crisis.

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Una operación militar en el norte de ese estado (antiguo Arakan), en el oeste del país, ha provocado la huida desde el pasado agosto de más de 640.000 miembros de la minoría musulmana rohinyá hacia la vecina Bangladesh.

Los Gobiernos de los dos países sellaron en noviembre un memorando de intenciones que abre el camino para la repatriación de los refugiados, que huyeron de lo que la ONU ha calificado como un “limpieza étnica”.

Feltman recalcó hoy que el regreso de esa población debe ir acompañado de esfuerzos de reconciliación y de un calendario que permita medidas que garanticen un retorno “sostenible”.

Las repatriaciones, subrayó, deben ser a los lugares originales de residencia o a puntos seguros y cercanos y nunca a campamentos que prolonguen la segregación.

Además, la ONU considera clave que Birmania amplíe la libertad de movimiento de los rohinyás, que sufren numerosas restricciones y a quienes las autoridades birmanas en general consideran emigrantes bangladeshíes y no ciudadanos del país.

Feltman pidió también que los criterios para el retorno sean lo más amplios posibles y advirtió que exigir documentos que prueben la residencia en Birmania puede ser un requisito imposible de cumplir para muchos refugiados.

Además, el diplomático reclamó que se permita a la oficina del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) supervisar las repatriaciones.

La semana pasada, el ACNUR ya advirtió de que ahora mismo no se dan condiciones para el regreso de los refugiados rohinyás.

En la sesión intervino también la representante especial de la ONU para la Violencia Sexual en los Conflictos, Pramila Patten, que visitó en noviembre Bangladesh y que anunció que viajará a Birmania en los próximos días.

Patten reiteró que la ONU ha recabado numerosos testimonios de refugiados que aseguran haber sido testigos de todo tipo de “atrocidades sexuales” que apuntan a agresiones sistemáticas por parte de fuerzas birmanas.

“Los actos descritos no son de ninguna manera incidentes aislados: todas las mujeres o niñas con las que hablé (durante la visita) dijeron haber sufrido o sido testigos de violencia sexual”, aseguró.

Patten insistió en que la repatriación de los refugiados no será posible si no hay medidas para llevar ante la Justicia a los responsables de crímenes.

“Para ello, un mecanismo imparcial e independiente que apoye la investigación sería un buen primer paso”, defendió.

El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Husein, aseguró hace una semana que la persecución sufrida por los rohinyá puede constituir un genocidio.

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