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Oreja de poco peso a Sergio Flores en la Plaza México

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El mexicano Sergio Flores se alzó como triunfador de la cuarta corrida de la temporada 2017-2018 en la Monumental Plaza México, con una oreja de poco peso, mientras que sus alternantes, el francés Sebastián Castella saludó una ovación, el español Ginés Marín, con una tarde sin relieve mientras que el mexicano Luis David Adame, brilló con algunos destellos.

En una tarde gélida y con una entrada de un cuarto, unas nueve mil personas, se lidiaron nueve toros. Con uno inutilizado, los astados dieron poco juego en general, aunque el cuarto y quinto se emplearon un poco más y los otros, no tuvieron ningún pase.

Castella, con el que abrió plaza, un toro rejado, poco pudo hacer aunque ofreció destellos buenos. Mató de tres intentos, para ser silenciado. Con el quinto cuajó la faena de la tarde, con momentos muy buenos, pero el toro no tuvo fondo. Un pinchazo le privó de una oreja y sólo saludó en el tercio, con una ovación.

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Flores, con el segundo que tampoco dio de sí, estuvo voluntarioso y con deseos. Concluyó con una estocada y escuchó palmas. Estuvo mejor con el sexto, que tampoco rompió, y concluyó la lidia deslucido. Pero el tlaxcalteca estuvo muy por encima de su enemigo, mató de estocada y consiguió el único trofeo, aunque de poco peso.

Marín, no tuvo opción de nada. Su lote fue deslucido, sin chiste, y todo el entusiasmo que puso no fue suficiente para alcanzar el éxito. El tercer astado, al salir se fracturó una pata, la derecha trasera, pero su sustituto tampoco resultó agradable. Marín no se manifestó y obtuvo silencio. Con el séptimo, otro animal sin gracia, con el que incluso hubo protestas, lo mejor fue la buena estocada que le dio, al tercer intento.

Luis David Adame estuvo bien con el cuarto, que, al menos se empleó en unos muletazos, pero no hubo faena y mató de estocada para recibir palmas. Igualmente destacó en algunos destellos con el capote y algunos muletazos, los escasos re realizó de tuvo el de Xajay en el octavo. Mató de dos intentos y descabello para recibir palmitas, tan frías como la tarde.

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