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Madrid lleva su carácter abierto y multicultural a la FIL de Guadalajara

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Como una ciudad “abierta” y multicultural, Madrid aterriza en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde ejercerá como invitada de honor con una programación en la que demostrará cómo los movimientos sociales han cambiado la relación entre las artes y su público.

La capital española presentará en la edición 31 del evento editorial mexicano, que hoy se inicia, un programa literario en que destacan nombres como los de Almudena Grandes, Rosa Montero y Ray Loriga, pero también actividades que girarán en torno a la música, el cine, el teatro y las artes visuales.

Lo hará bajo el lema “Ganarás la luz”, frase que remite al libro del poeta León Felipe (1884-1968) y que tiene un doble sentido, afirma a Efe el comisario general del programa madrileño, Paco de Blas.

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Por un lado, hace referencia a “la cantidad de horas de luz” que tiene la ciudad a lo largo del año, y cómo esto motiva que sus habitantes salgan a la calle y compartan los espacios públicos. Además, tiene un componente metafórico, porque el lema “es la promesa que la creación artística y la producción intelectual hacen a la sociedad”.

Mesas de diálogo, charlas y debates analizarán “cómo ha cambiado el panorama intelectual” español, y concretamente el madrileño, a partir de movimientos como el del 15-M y los “indignados”, que pedían “una democracia más participativa”.

“Eso ha tenido una consecuencia clara en las artes: ha llevado a una relación mucho más estrecha entre el arte, la cultura y su público; es el público quien determina los contenidos y orienta los formatos”, asevera De Blas.

Ejemplo de ello es “Poesía y Barbarie”, actividad en la que participarán poetas invitados y además habrá un micrófono abierto al público.

Además, el programa aglutina, junto a nombres reconocidos en el panorama literario, a otras figuras como el cantautor Marwan o la poetisa Loreto Sesma, que conforman la generación “más joven” y recogen la influencia de las nuevas tecnologías en la creación.

“Y lo hacemos de una manera crítica; es decir, presentamos cuáles son las consecuencias de la irrupción de las redes sociales en la producción literaria y tratamos de analizarlas”, dice el comisario.

La pareja formada por Almudena Grandes y Luis García Montero hablará sobre sus lazos compartidos en la literatura y en la vida, Ray Loriga analizará lo que supone el peso de la fama en la creación, y Vicente Molina Foix reflexionará sobre cómo la sátira funciona como herramienta para la crítica y el entretenimiento.

Asimismo, escritores latinoamericanos como el mexicano Emiliano Monge y el peruano Renato Cisneros pondrán de relieve la tendencia multicultural de Madrid, y otras mesas desvelarán el carácter “insurgente” de la capital contra los discursos dominantes.

Por las noches, el Foro FIL vibrará con la música de los grupos españoles, que se presentarán en conjunto con un artista o una banda de México. Así, subirán al escenario parejas como Vetusta Morla y Porter, Leiva y Natalia Lafourcade, Amaral y León Benavente o Dani Martín y Carla Morrison.

En definitiva, el programa que trae Madrid es una “experiencia en la que lo fundamental es el intercambio de contenidos entre distintas comunidades que comparten la misma lengua”, sintetiza De Blas.

Para su pabellón, Madrid ha escogido una arriesgada propuesta: un diseño de Alberto Campo de 14 metros de alto y 21 de ancho que por fuera es un gran cilindro completamente negro. Sin embargo, al acceder se contempla un espacio invadido por la luz blanca, a modo de una ágora para el encuentro y la reflexión.

La parte superior del pabellón, rodeada de estanterías, recoge títulos de autores españoles como Antonio Muñoz Molina, Leopoldo Alas “Clarín”, Emilia Pardo Bazán, Ana María Matute y Rafael Alberti. Hay además una sección dedicada especialmente a autores madrileños, entre los cuales figuran David Trueba, Francisco Umbral y Lorenzo Silva.

Aunque la Feria acaba sus actividades el 3 de diciembre, la huella de Madrid quedará en las calles de la capital del occidental estado mexicano de Jalisco gracias a la intervención del colectivo Boa Mistura.

Incluyendo elementos de la cultura indígena wixárika, el colectivo decoró los muros de una zona residencial en el noreste de la ciudad con llamativos colores entre los que sobresalen tres palabras pintadas de blanco: “Fui”, “Soy”, “Seré”.

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