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Vinculan uso de algunos anticoagulantes con mayor riesgo de disfunción renal

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Un grupo de investigadores descubrieron una vinculación entre el tipo de anticoagulante que toma el paciente para evitar un accidente cerebrovascular y un mayor riesgo de deterioro de la función renal, informó hoy la Clínica Mayo.

A raíz del reciente estudio publicado en la revista del Colegio Americano de Cardiología (ACD, por su siglas en inglés) se concluyó que el deterioro de la función renal es común entre los pacientes con fibrilación auricular que toman el anticoagulante oral warfarina.

“Alrededor de 1 de cada 4 pacientes presentó una reducción importante en la función renal dentro de los primeros dos años de tomar estos medicamentos y 1 de cada 7 pacientes sufrió de insuficiencia renal aguda”, indica el comunicado.

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Los investigadores estudiaron los expedientes despersonalizados de 9.769 pacientes para establecer sus conclusiones.

Los pacientes estudiados tenían fibrilación auricular y empezaron a tomar anticoagulantes, como apixabán, dabigatrán, rivaroxabán o warfarina, en algún momento entre el 1 de octubre de 2010 y el 30 de abril de 2016.

La autora principal del estudio, la doctora Xiaoxi Yao, afirmó que “el deterioro de la función renal entre los pacientes que toman anticoagulantes es un tema importante que los ensayos clínicos previos han pasado por alto”.

El estudio pretendió determinar la seguridad y eficacia de los anticoagulantes orales no antagonistas de la vitamina K frente a la warfarina, que ha sido el fármaco más usado en el tratamiento durante años y que a raíz del estudio ahora parece ponerse en entredicho.

“Los pacientes con fibrilación auricular que toman anticoagulantes tienden a presentar un deterioro en la función renal con el tiempo”, señaló Peter Noseworthy, otro de los autores del estudio el cardiólogo de Mayo Clinic.

Sin embargo, “nuestros resultados indican que los anticoagulantes orales no antagonistas de la vitamina K, como grupo, se relacionan con menos lesiones a los riñones que la warfarina”, agregó.

La investigación detectó un riesgo acumulado del 24,4 % en el deterioro del índice de filtración glomerular (indicador de la eficacia de filtración de los desechos por parte del riñón) dentro de los dos primeros años de toma del medicamento.

También se observó un riesgo acumulado del 4 % en la duplicación del nivel de la creatina sérica, un 14,8 % en la insuficiencia renal aguda y un 1,7 % en la insuficiencia renal.

Los investigadores, entonces, dieron otro paso más y separaron a los pacientes que tomaban anticoagulantes orales no antagonistas de la vitamina K de quienes tomaban warfarina.

“Descubrimos que los anticoagulantes orales no antagonistas de la vitamina K, como grupo, se relacionan con menos riesgos de resultados renales adversos”, dijo Noseworthy.

Agregó que “es importante que los pacientes y sus proveedores de atención médica hablen acerca de los riesgos y las ventajas al decidir sobre un medicamento”.

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