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Puertorriqueño propone abrir espacios que crean empleos y done comida gratis

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El puertorriqueño Rafael Rodríguez, un especialista en administrar restaurantes y bares, prevé levantar espacios en la isla con el objetivo de repartir gratuitamente 2.000 platos de comida caliente diarios a damnificados del huracán María y crear empleos ante el cierre de negocios.

Según contó Rodríguez hoy a Efe, a través de su Fundación El Plato Caliente, alquiló el negocio Psychodeli en Santurce (San Juan), desde donde prepara todos estos platos y los distribuye por toda la isla, pero con la pronta intención de abrir un espacio en Jayuya, uno de los municipios más afectados del área sur-central de la isla.

Hasta el momento, ya Rodríguez emplea a dos personas, pero quisiera para diciembre aumentar a siete el número de trabajadores y a 11 para finales de enero, lo cual aseguró que “eso genera un montón de empleos indirectos”.

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“Y eso genera economía y promueve a que no se vaya gente de la isla. Hay miles de familias, en su mayoría en el área turística y de cocinas, que se quedaron desempleadas”, sostuvo Rodríguez ante las miles de personas que se han ido de Puerto Rico por quedar sin empleo tras el paso de María.

“Quiero darle lo suficiente para que esto sea un trabajo profesional y que puedan cubrir sus necesidades”, enfatizó el joven empresario, quien espera tener cinco propiedades alrededor de la isla para continuar con su misión.

Hasta el momento, Rodríguez y un grupo de voluntarios, ha distribuido, alrededor de 90.000 platos a más de 50 de los 78 municipios.

Cuando entonces Rodríguez y un grupo de cocineros llegaron a preparar 2.000 platos al día, ello le hizo entender y reflexionar que esta era su nueva misión de vida.

Rodríguez arrancó este proyecto dos días después del paso del ciclón llevando varios platos de comida al este de Puerto Rico que preparó en una estufa de gas en su casa debido a la falta de electricidad que existía en la isla en aquel momento.

“Esto empezó con la idea de ayudar y va a seguir creciendo. Yo veo la fundación para que sea un cambio, de cómo la gente piensa, pueda crear conciencia y repensar en todo”, sostuvo.

Y a pesar de la falta del servicio eléctrico y sin pensar en el miedo que le podía provocar por la oscuridad de la noche, Rodríguez prosiguió su plan humanitario llevando dicha ayuda a algunos de los lugares más oscuros del área este y noreste de la isla.

Durante los días siguientes, y con la ayuda de un vecino y varias amistades suyas con conocimiento gastronómico, la cantidad de platos continuaron aumentando y se distribuyeron a algunas de las zonas más pobres.

La ayuda también ha sido provista por amistades que han enviado comestibles por correo y por donaciones monetarias de personas desconocidas de Rodríguez.

“Servimos el plato al que no lo pueda pagar o lo necesite, como centros de ancianos u orfanatos”, indicó Rodríguez, hermano del cantante de reggae Willy Rodríguez.

No obstante, amigos empresarios de Rodríguez le advirtieron que dicha misión, afectaba a los restaurantes y cafeterías que reanudaron sus operaciones, pero trabajando con generadores de electricidad.

Ante esto, Rodríguez opinó que hay que buscar otras maneras de obtener la electricidad en la isla, como la energía solar, y rehusar los generadores de electricidad que contaminan y su recarga de gasolina o diesel es bien costoso.

“Quiero que el país aprenda a ser autosuficiente. El jíbaro tiene que renacer”, aseguró.

“El huracán hizo dos cosas: quitó el manto de que todo está bien. Sin importar la clase social de la persona, fijó el pensamiento de que la isla quedó mal, de que hay pobreza y necesidad”, sentenció.

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