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Destacado desertor norcoreano aboga por uso de información contra el Régimen

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El diplomático que en 2016 desertó de la embajada norcoreana en Londres, Thae Yong-ho, se dirigió hoy a un grupo de congresistas en Washington a los que transmitió que, en su opinión, una adecuada difusión de información puede ser la mejor vía para que el régimen de Pyongyang colapse por sí solo.

“Debemos difundir los principios básicos de Libertad y de Derechos Humanos. Es un régimen divido en castas y tenemos que hacer saber al pueblo de Corea del Norte cuán estúpido es este sistema”, señaló Thae durante su comparecencia ante del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes.

La audiencia tenía como objetivo, según explicó su presidente, el congresista republicano Ed Royce, conocer de primera mano la situación dentro de las fronteras del país asiático para así poder encontrar posibles vías para atajar la actual escalada de tensión derivada de los ensayos nucleares ordenados por Kim Jong-un.

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Precisamente la figura del líder norcoreano debería ser uno de los principales pilares de la estrategia que defiende Thae, puesto que, según dijo, casi nadie en el país conoce siquiera sus orígenes y que de haber más información se podría generar una fuga masiva de norcoreanos que podría acabar “colapsando el sistema”.

“Después de cinco años en el poder, nadie en Corea del Norte sabe la fecha de su nacimiento, quién es su madre o que él es apenas el tercer hijo de Kim Jong-il”, denunció Thae, quien apuntó que este secretismo responde a la voluntad de que el pueblo no se pregunte sobre la legitimidad de su liderazgo.

Thae, que al escapar junto con su mujer y sus dos hijos se convirtió en uno de los desertores de mayor rango en la historia del régimen norcoreano, apuntó que a día de hoy sus conciudadanos tienen acceso a teléfonos inteligentes desde los que pueden acceder a contenidos emitidos desde la vecina Corea del Sur.

El exfuncionario consideró que al igual que los ciudadanos norcoreanos son capaces de eludir los controles para disfrutar de programación de ocio, se les podría hacer llegar programas con otro tipo de contenidos, bien fuera mediante retransmisiones o mediante la distribución de pequeñas tarjetas SD.

De acuerdo con el diplomático, a medida que los ciudadanos norcoreanos se informen de “manera gradual sobre la realidad de sus condiciones de vida”, al gobierno de Pyongyang no le quedarán más que dos posibles salidas: “Adoptar medidas aperturistas positivas para el pueblo o afrontar las consecuencias de su creciente descontento”.

Esta política de información sería apenas un primer paso que serviría de complemento perfecto a las actuales sanciones internacionales, pero Thae precisó que éstas deben perdurar y mejorarse.

“Pyongyang está acostumbrado a este tipo de sanciones, por lo que tiene recursos para aguantar”, dijo Thae, quien además apuntó la importancia de que Rusia y China, que se sumaron a las últimas sanciones dictadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas, adopten un papel aún más activo.

“Sólo las sanciones no son suficientes, hay que difundir información y contar con un mayor apoyo de China”, expuso el diplomático, que no dudó en señalar al gigante asiático como uno de los principales frenos a una posible oleada masiva de deserciones de ciudadanos norcoreanos.

Según explicó, mientras que Corea del Sur “está deseando acomodar” a los desertores de su vecino del norte, en China éstos se convierten en auténticos “esclavos modernos”, lo que lleva a muchos a no considerar esta posibilidad.

Esta sería la mejor manera de encauzar la situación, ya que Kim Jong-un es consciente del desmoronamiento del régimen comunista y, por este motivo, ve en el desarrollo de armamento nuclear el único camino para garantizar “la supervivencia” del régimen de Pyongyang, advirtió Thae.

“Hay que decirle a Kim Jong-un que Estados Unidos está dispuesto a llegar a las armas, pero al mismo tiempo ofrecerle apoyo financiero que permita el desarrollo del país”, aconsejó.

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