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Sala y Maldonado centran la atención de una CIDH que no olvida a Ayotzinapa

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La encarcelada diputada argentina del Parlasur Milagro Sala y el asesinado activista de ese país Santiago Maldonado centraron la atención del 165 periodo de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que concluyó hoy en Montevideo y que no olvidó a los 43 desaparecidos de Ayotzinapa.

Estos dos casos, de notoria trascendencia tanto en Argentina como en la región, son “muy importantes” y tienen un alto grado de delicadeza, dijo hoy a la prensa el presidente de la CIDH, Francisco Eguiguren, quien, no obstante, aseguró que comprometen la democracia argentina ni tienen parecido a los crímenes en tiempos de dictadura.

En 2016, la diputada kirchnerista del Parlamento del Mercosur (Parlasur) Milagro Sala, líder de Tupac Amarú, ingresó en prisión preventiva por una protesta organizada contra el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, pero fue su presunta implicación en investigaciones de fraude al Estado lo que la mantuvo entre rejas.

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Después de que la CIDH otorgara en julio una medida cautelar a la activista en la que solicitaba al Estado argentino “medidas alternativas” a su detención, el juez jujeño Gastón Mercau aprobó su traslado al domicilio.

Sin embargo, semanas atrás se decidió revocar el arresto domiciliario y devolver a prisión a Sala, hecho que incumple la medida cautelar de la CIDH que, en caso de que esto no se revierta, evaluará los pasos a tomar.

Según explicó hoy Eguiguren, se solicitaron medidas alternativas a la prisión como el arresto domiciliario o libertad con vigilancia electrónica a causa de “las condiciones de vigilancia, seguimiento y hostigamiento” que sufría Sala en el centro penitenciario.

“Es malo que se incumpla una cautelar, esperemos que no sea un incumplimiento definitivo y si fuera así, algo haremos nosotros. La comisión considera que sus cautelares son mandatorias”, subrayó el presidente de la CIDH.

Asimismo, afirmó que “la vida e integridad” de sala es responsabilidad del Estado argentino y “tiene que protegerla”.

Respecto al caso de Maldonado, activista argentino cuyo cadáver apareció 80 días después de haber sido visto por última vez en una protesta reprimida por la Gendarmería en el sur de Argentina, si bien ya existió una medida cautelar por parte de la CIDH, su familia pidió nuevas medidas.

“Los familiares y los abogados plantearon su pedido de que la medida cautelar pudiera extenderse a personas que serían testigos de los sucesos y que temen por su vida e integridad”, señaló Eguiguren.

También solicitaron que la CIDH aplique medidas para garantizar una investigación imparcial que garantice su muerte, aunque Eguiguren explicó que el caso continúa abierto en la Justicia argentina, por lo que no pueden intervenir en su desarrollo.

La CIDH también expresó su preocupación por el caso de los 43 estudiantes mexicanos de la escuela de Ayotzinapa que desaparecieron hace tres años y la falta de conclusiones sobre el hecho, caso que protagonizó una de las audiencias.

“La Comisión Interamericana agradece la información recibida en la audiencia, pero lamenta que aún no se tenga conocimiento del paradero de los estudiantes desaparecidos, y reitera nuevamente su preocupación ante la falta de celeridad en alcanzar conclusiones”, publicó la CIDH en un comunicado.

En sus conclusiones al término del periodo de sesiones, la CIDH mostró también su preocupación por Brasil y Venezuela.

En un escrito divulgado a los medios, la Comisión señaló que recibió “información preocupante” sobre la situación de los derechos humanos en Brasil, con vulnerabilidad de derechos a los habitantes de las favelas de Río de Janeiro, el uso desproporcionado de la fuerza policial y cientos de personas asesinadas por fuerzas estatales.

La CIDH llevó a cabo también dos audiencias específicas para analizar la seguridad ciudadana en Venezuela y la institucionalidad democrática y la libertad de expresión en ese país.

“Es evidente que en Venezuela existe una crisis política prolongada, una crisis institucional, una alta polarización. Y en medio de este contexto tan polarizado, con tanta violencia, la CIDH trata con su trabajo de contribuir a que no exista, no se de una situación de vulneración masiva de derechos o una explosión social”, dijo Eguiguren.

De igual forma, valoró que Venezuela sigue sometida a la CIDH y acuda a sus periodos de sesiones, pero reiteró el reclamo de “visitar el país para en terreno conocer mejor la situación”.

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