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El fiscal general dice que guerra a los opioides se puede “ganar”

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El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, dijo hoy que la lucha emprendida por el presidente Donald Trump para acabar con la crisis de los opioides es una “guerra que se puede ganar”.

“Debemos usar todas las herramientas que nos ofrece la ley, y tenemos intención de hacerlo. Si lo hacemos, hay esperanza, y por eso coincido con el presidente en que esta guerra se puede ganar”, dijo Session en un acto público en el aeropuerto John F. Kennedy.

Para el fiscal general, el país se enfrenta a “la peor crisis de medicamentos de la historia”, con la muerte de 64.000 personas el año pasado por el abuso de analgésicos opiáceos, de ahí que Trump lo declarara este jueves como una “emergencia de salud pública”.

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“Estos medicamentos son ahora más poderosos, más adictivos y más peligrosos que nunca”, advirtió Sessions, quien destacó que las sobredosis de opioides causaron más muertes que el sida en el pico más alto de la epidemia del VIH.

El fiscal general abogó por mejorar tanto la prevención como los tratamientos, pero también por reforzar el trabajo de las fuerzas de seguridad, los tres pilares en los que está basada la batalla contra los analgésicos opiáceos lanzada por la Casa Blanca.

“Si no actuamos en unos de estos tres frentes abiertos, entonces no seremos capaces de resolver el problema, y solo lo modificaremos, lo cual tendría consecuencias devastadoras”, añadió Sessions durante su discurso.

El fiscal general aprovechó también para asegurar que la decisión de declarar esta crisis de los opioides como “emergencia de salud pública” ya está empezando a dar sus primeros resultados en el frente legal.

En concreto, se refirió a la presentación de una querella contra un médico del estado de Pensilvania acusado de varios cargos por recetar y dispensar analgésicos opiáceos y morfina a sus pacientes “a veces sin ni siquiera haberlos examinado”.

Sessions felicitó también a las fuerzas de seguridad en Nueva York por el “heroico trabajo” que están haciendo para frenar las drogas ilegales, así como a las autoridades del estado vecino de Nueva Jersey.

Según datos facilitados por el Gobierno federal, en el estado de Nueva York la epidemia causó el año pasado más de 2.600 personas, la mitad en la ciudad de Nueva York, mientras que en el estado de Nueva Jersey murieron más de 2.000 y en Connecticut más de 900.

Se calcula que unas 91 personas mueren por sobredosis de opiáceos cada día en Estados Unidos, según los datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

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