Anuncio

Tren de la revolución tecnológica puede llevar a Latinoamérica al desarrollo

Share

Un cambio del modelo pedagógico, mayores oportunidades para desarrollar el talento y más inversión en ciencia y tecnología pueden hacer que los países de América Latina y el Caribe no pierdan el tren de la revolución tecnológica.

Así lo señalaron los oradores de “Demand Solutions: Ideas for Improving Lives”, una reunión organizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el centro universitario Miami Dade College (MDC) para analizar e intercambiar soluciones innovadoras para enfrentar los retos del desarrollo en Latinoamérica y el Caribe.

La reunión fue inaugurada por Luis Alberto Moreno, presidente del BID, y Eduardo Padrón, presidente del MDC.

Anuncio

Emprendedores e innovadores de distintas partes del mundo, como la colombiana Johana Bahamón, que dejó su carrera como actriz para poner en marcha proyectos con los que mejorar la vida de los presos en su país, y Franz Fredudenthal, médico, inventor y filántropo boliviano, volcado en ayudar a niños con problemas cardiacos, participan en este foro de un día.

Además, las trece finalistas de un concurso para empresas emergentes de Florida, América Latina y el Caribe al que se presentaron 300 candidaturas de 27 países, participarán en actividades con mentores, empresarios e inversionistas.

La reunión se inició con una conversación entre Moreno y Padrón acerca de las oportunidades que brinda la transformación digital a países que no han alcanzado su pleno desarrollo y los cambios culturales y educativos que deben hacer para aprovecharlas.

Ambos resaltaron que la manera de pensar y actuar de los jóvenes del siglo XXI, los “millenials”, como los llaman en EE.UU., va a ser un factor importante para que se cumpla el objetivo, pues son personas interesadas en cambiar el mundo e “impacientes” por hacerlo.

Moreno indicó que los latinoamericanos y caribeños son “millonarios” en cultura, pero esa riqueza debe ir acompañada de innovación y en ese terreno la región es deficitaria.

“Escasamente llegamos a tener el 65 % de la inversión que Corea del Sur hace en ciencia y tecnología”, destacó.

Ese país asiático, que en los años 60 tenía menos renta per capita que muchos países latinoamericanos, ha probado que es posible alcanzar el desarrollo apostando a la innovación, subrayó.

Padrón, que opinó que “el talento es universal pero las oportunidades no”, dijo que América Latina no se puede permitir el lujo de dejar “talento abandonado”.

Ambos destacaron la importancia de la educación, la única herramienta que permite salir de la pobreza, según Niño Moreno, y en la necesidad de un cambio de mentalidad.

El presidente del BID indicó que todavía en América Latina y el Caribe en un 80 % tratan de lo que pasó, mientras que en Asia solo un 20 % de las conversaciones son para “mirar atrás”.

La importancia de la economía creativa o “naranja”, que en dos años va a pasar del puesto décimo al tercero en la lista en la creación de riqueza, según datos de organismos internacionales, fue resaltada por Moreno.

Padrón indicó la importancia de crear programas y carreras universitarias que preparen a los jóvenes para los empleos de un futuro cercano, en el que la automatización, que hoy es del 5 %, llegará hasta el 40 % o más.

“La pedagogía tiene que reflejar la vida de hoy”, subrayó el presidente de MDC.

Diseño con responsabilidad social, la gastronomía como un agente de cambio y moda sustentable son algunos de los temas de la reunión.

La empresaria colombiana Johana Bahamón, que dejó su carrera de actriz para dedicarse a proyectos en las cárceles de su país, donde están recluidas 118.000 personas, de las cuales el 60 % está pendiente de juicio, fue una de las conferenciantes.

Bahamón dijo a Efe que comenzó su proyecto organizando talleres de teatro en 27 cárceles y hasta ahora han participado 30.000 reclusos y reclusas.

Después siguió con un restaurante abierto al público en la cárcel de mujeres de Cartagena y operado por las reclusas y para 2018 tiene previsto abrir una pizzería en la cárcel de hombres de Ríohacha, la más hacinada del país, y una peluquería en la cárcel de mujeres de Armenia.

Anuncio