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Todo lo que ocurre en un hospital de 5 plantas en Miami es un simulacro

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Miami cuenta desde esta semana con un hospital de cinco plantas y casi 4.000 metros cuadrados de superficie total, donde todo es un simulacro, pero con impacto en la vida real.

La simulación en el sector sanitario, aunque no es una técnica nueva, está experimentando en la actualidad un desarrollo importante a nivel mundial, por lo que puede convertirse en un escenario de entrenamiento fundamental para los médicos del futuro.

El Hospital de Simulación de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Miami (SONHS, por su sigla en inglés), que se inauguró el pasado jueves, cuenta con una sala de emergencias de seis camas, sala de operaciones, unidad de cuidados intensivos, una sala de partos y clínicas ambulatorias, aunque lo único que faltan son los pacientes.

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Estos son reemplazados por simuladores electrónicos, reproducciones a tamaño real de personas, que respiran, hablan, parpadean y simulan una amplia gama de casos clínicos como ataques al corazón, hemorragias y traumas por accidente, dificultades respiratorias y partos, entre otros.

De esta manera, la alta tecnología permite imitar situaciones de la vida real, pero en escenarios seguros, donde los estudiantes de la Universidad de Miami (UM), que deberán pasar aquí un periodo de prácticas de simulación en cada curso académico, tienen la oportunidad de ensayar, cometer errores y responder ante los desafíos que se les plantean.

“Por su condición de aprendices, los estudiantes no tienen la posibilidad de vivir esos escenarios que requieren una actuación rápida y eficaz”, dijo Gloria Trujillo, enfermera presente en uno de los simulacros con bebés prematuros.

Sin embargo, gracias a la simulación adquieren la seguridad y habilidades clínicas necesarias previas al contacto real con el paciente.

Uno de los simulacros llevados a cabo el día de la apertura del centro fue la representación de un parto, en el que la profesora de enfermería de la UEM Deborah Riquelme hizo las veces de comadrona de Lucina, una madre electrónica a punto de dar a luz.

La textura de la piel, su respiración y el parpadeo de sus ojos transportó a los asistentes de esta simulación a un parto en la vida real. El hecho de que un monitor mostrará las contracciones y que se oyera a la futura madre empujar, hacia más realista la escena.

En otra simulación, un paciente entró a urgencias quejándose de dolor de cuello y mientras estaba siendo evaluado por los médicos, otro llegó en ambulancia, víctima de un trauma.

Tras ser evaluado, fue dirigido apresuradamente a una de las salas de operaciones con las que cuenta el hospital.

“Nadie quiere ser un pasajero en un avión con un nuevo piloto que está aprendiendo dónde están los controles”, bromeó la decana de la Escuela de Enfermería y Estudios de Salud de la UM, Cindy Munro, que añadió que por eso la simulación “salva vidas”.

Además, Munro afirmó que este hospital prepara a los profesionales de la salud “para afrontar desastres y catástrofes como los huracanes Harvey o Irma”, algo en lo que coincide la directora del programa de simulación de la UM, Susana Barroso Fernández, quien mencionó que el centro ofrece “posibilidades infinitas”.

“El hospital está diseñado para poder practicar cualquier tipo de evento: hospitalarios, de cuidado en el domicilio y desastres, entre otros, por lo que de esta manera la comunidad aprenderá a responder a amenazas de gran escala, como enfermedades infecciosas, y a los desastres que han pasado con tanta frecuencia”, añadió.

Personas ajenas a la UM, pero involucradas en la salud pública y la atención al paciente, como “los departamentos de Policía”, aclaró Barroso, podrán entrenar y llevar ese aprendizaje al “mundo real”, concluyó.

Por su parte, el presidente (rector) de la UM, el mexicano Julio Frenk, indicó que la educación sanitaria del futuro, que a la vez es “dramática y dinámica”, ha propiciado la necesidad de una cultura de la innovación, en la que la simulación supone una “revolución”.

“La simulación supone un aprendizaje social en un entorno seguro, por lo que la práctica es el único modo de cometer errores sin herir a nadie”, advirtió Frenk.

El rector rindió tributo a la enfermería. “Quien salva una vida es un héroe, pero quien salva cien vidas es enfermero”, subrayó.

El hospital, espacio donde se conjugan la tecnología, la innovación y el trabajo en equipo, no es solo un recurso para los estudiantes, sino para todos los ciudadanos, “por lo que supone para nosotros y para nuestra salud en el futuro”, concluyó Frenk.

Este proyecto es uno de los más grandes a nivel estatal y mundial, por lo que la UM y su Escuela de Enfermería “aspiran a ser un centro de excelencia” en simulación global.

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