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Los vinos españoles intentan ampliar su consumo en un México “cervecero”

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La Ciudad de México acoge hoy la XI Exposición de Vinos de España, que pretende seguir ampliando los horizontes del producto en un país en el que, si bien el mercado ya está consolidado, todavía queda un gran panorama de oportunidad que se basa en el desplazamiento del arraigado consumo de cerveza.

La exposición contará con 172 etiquetas y 69 denominaciones de origen calificadas (DOs), así como la presencia de bodegas españolas e importadores.

Estarán presentes tanto los vinos españoles que ya están en el mercado mexicano como aquellos que quieren ingresar al país.

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En lo relacionado con el vino, México “es un mercado difícil, porque ya está bastante maduro”, por lo que lo imprescindible ahora es conseguir un elemento de diferenciación, ya sea por precio, calidad o ser ecológico, explicó a Efe el consejero económico y comercial de la Embajada de España en México, Jorge Mariné.

Las importaciones de México de vino español sumaron en 2016 unos 67 millones de dólares, lo que equivalió al 28,5 % de lo que el país compró a otros países de esta bebida.

“Vamos manteniendo una cuota de crecimiento prácticamente alrededor del 27-30 %”, detalló Mariné sobre la exportación española de esta bebida.

El país “tiene una cultura cervecera muy arraigada, es el principal exportador de cerveza del mundo y otros espirituosos, pero poco a poco lo van sustituyendo”, indicó el consejero, matizando que el aumento en el consumo beneficiará tanto a la producción interna como externa.

Hasta ahora, los focos del consumo están ubicados en el triángulo Ciudad de México-Monterrey-Guadalajara, así como en las zonas de turismo de playa, pero “todavía queda mucho por atacar”.

La Oficina Económica y Comercial de España en México estima que los consumidores de vino en México son 2,5 millones, quienes beben alrededor de 0,8 litros por persona y año, lo que significa que aún hay una “capacidad de crecimiento enorme”.

Mariné explicó que, a diferencia de lo que ocurrió en España, donde “se pasó de un consumo de vino del pueblo a las ciudades”, la presencia del vino en México ha ido en sentido inverso, “de arriba a abajo”.

El perfil del bebedor de vino era el de una persona de clase media-alta y urbana, pero cada vez se van incorporando más los jóvenes y las mujeres.

Mariné considera que la crisis en la relación México-Estados Unidos tras la llegada al poder de Donald Trump no tendrá un gran impacto en el sector vinícola.

Esto porque “las clases medias-altas tienen una inelasticidad importante” y porque -según datos preliminares- México creció un 2,2 % en el cuarto trimestre 2016: “No tenemos por qué dejar de prever que a México vaya a seguir yéndole bien”, dijo el consejero.

Esta XI edición de la Exposición de Vinos de España vendrá acompañada de una serie de seminarios y catas de la mano del enólogo Jesús Díez.

Tratarán de los estilos de elaboración en las diferentes regiones de España y aspectos como la fermentación, la evolución en barrica y los tipos de madera utilizados, entre otros aspectos.

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