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Barrio La Pequeña Habana de Miami es designado Tesoro Nacional del país

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La Pequeña Habana, el emblemático vecindario del exilio cubano en Miami, fue declarada hoy Tesoro Nacional y, como tal, emprenderá un plan de revitalización a largo plazo apoyado por diversas organizaciones.

Durante su designación, en presencia del alcalde de Miami, el cubano Tomás Regalado, el National Trust for Historic Preservation destacó el espíritu inmigrante que construyó La Pequeña Habana y la comunidad que la hizo su hogar.

“La Pequeña Habana no es solo el Parque del Dominó ni el Teatro Tower, es una isla de Ellis del sur”, destacó el alcalde al referirse al famoso punto masivo de entrada de inmigrantes en Nueva York.

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Stephanie Meeks, presidenta del National Trust, aseguró que la historia de la Pequeña Habana es la misma de Estados Unidos y resaltó además que el vecindario “sigue siendo dinámico, rico en cultura y asequible”.

Regalado, nacido en La Habana, recordó que desde los años sesenta este enclave “ha sido el destino de cientos de miles de inmigrantes latinoamericanos buscando la promesa de una nueva vida en Estados Unidos”.

El cubano se mostró agradecido con la designación histórica, al considerar que “consagra la diversa cultura e historia de La Pequeña Habana”.

El National Trust, que realizó luego un recorrido por el barrio en compañía de autoridades y líderes locales, explicó que pese a ocupar el 7 % de la superficie de Miami, contiene cerca del 20 % de las viviendas de alquiler de la ciudad y más de una cuarta parte de las alquiladas por menos de 1.000 dólares mensuales.

Este refugio de cubano-estadounidenses, que dieron al que fuera un antiguo suburbio de tranvías alejado del centro de la ciudad un sabor más caribeño con sus restaurantes típicos y cafés, es también hogar de inmigrantes de Centroamérica y otras islas del Caribe.

Sus antiguos edificios son variaciones locales de bungaló de los años treinta, de apartamentos con pasillo central de los veinte, casas de coral, otras muy miamenses de marco de madera e incluso eficios de apartamentos art decó.

Estas antiguas piezas arquitectónicas han servido a generaciones de residentes que los han adaptado a sus necesidades y, según el National Trust, su rehabilitación y reutilización “es clave para revitalizar los barrios urbanos a beneficio de sus residentes”.

“Son máquinas de crecimiento económico”, manifestó Meeks.

El National Trust destacó que el barrio tiene más de la mitad de las cien cuadras más densamente pobladas de Miami y además es sede para miles de pequeñas empresas y cientos de negocios familiares, muchos de ellos en el popular corredor comercial de la Calle Ocho.

Meeks, quien agradeció el resurgimiento urbano que está dando nueva vida a ciudades en todo el país, dijo, sin embargo, que éste no debe sacrificar barrios como La Pequeña Habana “que hacen de las ciudades lugares únicos y deseables”.

La líder cívica se mostró preocupada de las “amenazas” que enfrenta el barrio y confía que el plan conjunto, a largo plazo, ayude a preservar “su accesibilidad, riqueza cultural y carácter”.

El National Trust, organización sin ánimo de lucro, precisó que este vecindario enfrenta la presión de desarrollo, la demolición de edificios históricos, el desplazamiento de residentes y cambios de zonificación, que muchas veces encarecen las zonas y dan pie a la desaparición de valiosas estructuras.

Por eso, en colaboración con el Dade Heritage Trust, Meek presentó un proyecto de planificación que busca trabajar con residentes del barrio, líderes cívicos y alianzas locales para asegurar que La Pequeña Habana “honre su pasado mientras crea un futuro brillante”.

“A medida que Miami continúa evolucionando, la preservación será esencial para mantener los barrios urbanos únicos de la ciudad”, manifestó Christine Rupp, directora de Dade Heritage Trust.

Otras organizaciones que participarán en el plan de recuperación a largo plazo del vecindario son la empresa de diseño urbano PlusUrbia Design y la iniciativa pública privada de salud Live Healthy Little Havana.

“Nuestro objetivo es proteger propiedades históricas determinadas que cuentan la historia de La Pequeña Habana y ayudar con la restauración de esos edificios históricos para asegurar que el barrio mantenga su vibra urbana y patrimonio multicultural”, indicó Rupp.

Agregó que la preservación va desde salvar estructuras que personifican épocas diferentes en la historia de Miami hasta “asegurar que la gente trabajadora pueda permanecer en esta área urbana”.

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