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Hotel de Trump en Washington perdió más de un millón de dólares en dos meses

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El Trump International Hotel, propiedad del presidente, Donald Trump, y ubicado en la capital del país, perdió 1,1 millones de dólares en ingresos netos durante sus primeros dos meses de operación, según las estimaciones de la Administración de Servicios Generales (GSA).

Trump y la GSA (una agencia estatal) negociaron un contrato de arrendamiento de 60 años en 2012, ya que el edificio en el que se ubica es la Antigua Oficina de Correos de Washington, que pertenece al Gobierno federal.

El acuerdo del magnate, que se logró antes de que se postulase a la Presidencia, señala que “ningún miembro o aspirante al Congreso o funcionario electo del Gobierno de Estados Unidos (...) será admitido a tomar parte de dicho contrato, o a obtener cualquier beneficio que pudiera derivarse de él”.

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Los demócratas de la Cámara de Representantes habían elevado sus preocupaciones a la GSA el pasado diciembre ante la evidente violación de dicho párrafo contractual una vez Trump fue elegido mandatario del país.

“La GSA evalúa que el señor Trump estará en violación del contrato de arrendamiento en el momento en que asuma el cargo el 20 de enero de 2017, a menos que se despoje completamente de todos los intereses financieros en el contrato de arrendamiento del hotel de Washington DC”, apuntaron los demócratas.

La GSA respondió diciendo que “ninguna determinación con respecto a la antigua oficina de correos podía ser tomada hasta que las circunstancias completas que afectaran al negocio del presidente electo se determinasen y él tomara el cargo”.

Tras ser investido Trump como presidente el pasado viernes, los demócratas reanudaron hoy el llamado a la GSA para evaluar las condiciones del contrato y revelaron que el negocio del presidente da pérdidas, según los datos a los que ellos han podido acceder.

Asimismo, el polémico hotel, situado en la Avenida Pensilvania, que conecta la Casa Blanca con el Congreso, ha generado 2 millones de dólares menos en ingresos de los que tenían previstos durante los dos primeros meses desde su apertura.

El hotel, abierto en septiembre, fue inaugurado por Trump en octubre pasado en medio de la campaña electoral, en un acto polémico por mezclar los negocios particulares con su candidatura presidencial.

El multimillonario neoyorquino se jactó entonces de contar con “el segundo edificio más codiciado” de Washington, tras la Casa Blanca, y presentó el hotel como una “metáfora” del esplendor que pretende devolver a EEUU.

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