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Activistas prometen luchar sin miedo por el futuro de los indocumentados

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El día que millones de indocumentados temían desde que el magnate Donald Trump presentó su candidatura a la Presidencia con su incendiario discurso llegó hoy y se prolongará durante los próximos cuatro años, periodo durante el cual activistas prometen luchar por su futuro.

“El día ha llegado y vamos a tener que salir a pelear para poder quedarnos en este país”, declaró a Efe la activista Erika Andiola, ante la posibilidad de que el Gobierno anule la Acción Diferida, que ha amparado a unos 740.000 de jóvenes indocumentados como ella.

El presidente basó su campaña en una fuerte retórica migratoria que incluye, entre otros puntos, deportaciones masivas de indocumentados y levantar un muro en la frontera con México para evitar el cruce ilegal de inmigrantes, a los que denominó en su primer discurso electoral de “violadores y criminales”.

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“Aunque no sepamos los detalles, a Trump hay que creerle porque sin dudas va a llevar a cabo algunas de sus promesas antiinmigrantes de campaña”, dijo por su parte Juan Escalante, del grupo America’s Voice, otro de los jóvenes que obtuvo permiso de trabajo y pudo estudiar bajo la protección del alivio migratorio aprobado en 2012 por el entonces presidente, Barack Obama.

El activista llamó a la comunidad inmigrante a no dejarse vencer por el miedo y a seguir peleando por lo que es justo, “porque es la única forma de seguir avanzando”.

La lucha se dará a través de alianzas, como la planteada hoy por la Coalición de Illinois para los Derechos de Inmigrantes y Refugiados (ICIRR), que quiere combatir el plan de acción anunciado por Trump para sus primeros 100 días de gobierno.

En ese plan se propone cancelar fondos federales a las ciudades santuario que protegen a los indocumentados, la construcción del muro en la frontera con México, la deportación de millones de inmigrantes y la suspensión del reasentamiento de refugiados.

El director ejecutivo de la coalición, Lawrence Benito, aseguró en un comunicado que los líderes comunitarios están muy unidos y “no se van a someter al miedo, la intolerancia y el odio”.

“Nuestro mensaje para el presidente Trump es que los inmigrantes y refugiados estamos aquí para quedarnos”, declaró.

Tom Jawetz, vicepresidente del Center for American Progress, dijo hoy que Trump puede simplemente revocar la orden ejecutiva de Obama que protege los jóvenes indocumentados, o “permanecer en silencio y provocar más incertidumbre”, mientras todos especulan con la posible moderación del mandatario.

Sin embargo, advirtió, no habría que esperar ningún acto de moderación de Trump y prepararse para que miles de receptores de DACA comiencen a perder este amparo, que les protege de la deportación y les da un permiso temporal de residencia y de trabajo.

“Todos nos preguntamos qué pasará con nuestros trabajos”, dijo Andiola, quien llamó a empoderar a la comunidad para que entienda sus derechos civiles y se prepare además para tener “algún tipo de interacción con Inmigración y otro tipo de agencia policial”.

Escalante no descarta la posibilidad de alguna demostración de fuerza del nuevo gobierno en sus primeras horas, como la realización de redadas masivas en busca de indocumentados.

Lo mismo opinó el pastor José Landaverde, uno de los activistas más destacados del área de Chicago por su defensa de los indocumentados y por ofrecer santuario a varios de ellos para evitar su deportación.

“Se vienen tiempos difíciles, la comunidad va a sufrir diferentes ataques y debe prepararse para un año de resistencia”, declaró a Efe.

Landaverde, que dejó Chicago para llevar su lucha a la ciudad de West Chicago ubicada en “el área más conservadora de Illinois”, según dijo, llamó a unirse a los grupos de resistencia que han surgido en todo el país, para combatir una oleada conservadora que atacará a “inmigrantes, refugiados, mujeres y homosexuales”.

La campaña de ICIRR, llamada “100 días de resistencia”, comprende el fortalecimiento de las ordenanzas locales y estatales que permiten las ciudades santuario, la oposición al registro de musulmanes, y el apoyo del proyecto de ley bipartidista que responde al acrónimo BRIDGE (puente, en inglés).

Esta medida que suspendería temporalmente una posible deportación de los cerca de 740.000 jóvenes indocumentados ahora amparados por DACA mientras el Congreso encuentra una solución permanente.

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