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Organizaciones latinas protestan por posible planta eléctrica contaminante

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Varias organizaciones latinas de California mostraron hoy su desacuerdo por la posible instalación de dos plantas de energía eléctrica operadas con gas en el condado de Ventura, al oeste del Estado Dorado.

La Alianza Unida de la Costa Central por una Economía Sustentable (CAUSE), Green Latinos, la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) y el Ayuntamiento Latino de Santa Paula, manifestaron hoy su oposición a la construcción de los nuevos proyectos argumentando que podrían producir un alto nivel de contaminación del aire en esta región.

“Estamos cansados de que Oxnard sea el patio de desechos de los grandes negocios”, dijo a Efe Elma Del Águila, líder juvenil de CAUSE y estudiante de último año de la preparatoria Channel Islands.

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“Los jóvenes aquí se preocupan y se merecen un aire limpio”, agregó Del Águila, quien argumentó que los vecindarios más pobres de Oxnard, habitados mayoritariamente por latinos, presentan índices de asma más altos que el 90 % de todo California.

“Es tiempo de que Oxnard tenga el aire limpio, la energía limpia y la costa restaurada que merecemos”, declaró a Efe Carmen Ramírez, alcaldesa encargada de esta ciudad de 207.000 habitantes de los cuales el 73,5 % es hispano.

Según se señaló hoy, en Oxnard hay “tres plantas eléctricas humeantes” -que funcionan con gas natural- más que en cualquier otra ciudad costera de California.

Las organizaciones criticaron que la corporación NRG Energy con base en Houston, Texas, ha propuesto la construcción de una planta de 262 MW en la Playa Mandalay “para reemplazar dos generadores a gas obsoletos que se encuentran en el área” .

Según la propuesta de NRG, para la construcción de la planta se utilizarían contratista locales y se gastaría 68.4 millones de dólares en compra de materiales en el área.

Durante los aproximadamente dos años que demoraría la construcción de la planta los trabajadores locales que participen en el proyecto recibirían cerca de 16 millones de dólares por su trabajo.

No obstante, los beneficios económicos que podrían generar la construcción y operación de la nueva planta no son suficientes para convencer a los activistas sobre el efecto contaminante de este tipo de generación eléctrica.

“Nos levantamos ante aquellos que optan por poner ojos ciegos y oídos sordos a los residentes de Oxnard”, aseguró Marisela Morales directora ejecutiva de CAUSE.

El proceso para el permiso de la construcción de la planta en la zona que comenzó en 2015, está próximo a su terminación esperando la decisión de la Comisión de Energía de California, que tiene la última autoridad para aprobar o negar el controversial proyecto.

“Junto con prácticamente todos los otros representantes elegidos en la ciudad, el condado, el estado y el nivel federal, urjo a la Comisión de Energía de California para que detenga el hacer de Oxnard una zona de sacrificio”, pidió Ramírez.

Los activistas igualmente se manifestaron contra otro proyecto de la compañía Calpine para establecer una planta eléctrica en Santa Paula, “otra comunidad conformada en su mayoría por latinos de escasos recursos”.

“Ya basta de ser una zona de sacrificio para las plantas de energía de combustibles fósiles contaminantes”, agregó Morales.

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