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Recuerdan en México al “humanista” que fue Rafael Tovar y de Teresa

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Humanista, lector voraz, “adicto incurable” a la música y padre que transmitió a sus hijos el amor por las artes y su país; así recordaron hoy personalidades y familiares al secretario de Cultura de México, Rafael Tovar y de Teresa, fallecido el sábado en la capital.

Las cenizas de Tovar se dispusieron en el escenario del Centro Nacional de las Artes (Cenart) de la Ciudad de México, que él mismo impulsó, para recibir el adiós en una ceremonia en la que se resaltó su papel en la política cultural del país.

El diplomático (Ciudad de México, 1954), el primero en estar al frente de la Secretaría de Cultura desde la creación de esta a finales de 2015, “comprendió que la cultura es nuestra fuente de identidad y proyección hacia el futuro”, dijo el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.

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Recordó la relevancia que tuvo el secretario desde el punto de vista institucional, con la creación del Canal 22, el Sistema Nacional de Fomento Musical o el Programa de Desarrollo Cultural Infantil “Alas y Raíces”, entre otras iniciativas.

“Su gran legado, lo que perdurará en el tiempo, serán las instituciones que construyó”, afirmó Peña Nieto.

Tovar, graduado en Derecho en la Universidad Autónoma Metropolitana, además de trabajar en las instituciones culturales dentro del país, fue embajador de México en Roma entre 2001 y 2007 y escribió obras como la novela “Paraíso es tu memoria” (2009) o “El último brindis de don Porfirio” (2010).

“De profundo espíritu humanista” y “pasión por democratizar la cultura e impulsar la creatividad de los artistas mexicanos”, fue “conciliador de personas y de pensamientos”, defendió el presidente.

“Pude estar cerca de él en los meses difíciles que le tocó vivir a partir de haberle sido detectada una enfermedad (cáncer), que vivió con gran entereza, gran valor y optimismo”, sin dejar de lado ni posponer la responsabilidad que se le confió, agregó.

El país, concluyó el mandatario dirigiéndose a la urna con las cenizas del ministro, “te recordará siempre como un hombre que, desde la cultura y una entrega total de esta vocación, sirvió a México”.

El hijo del secretario de Cultura, Rafael Tovar López Portillo, quien inició su intervención advirtiendo que no iba a hacer “apologías y odas” sino a honrar a un hombre que fue “esposo, padre, abuelo, hermano y amigo”, señaló que su muerte fue un reflejo de su vida.

Una muerte “serena, elegante, discreta y pudorosa (...) se fue tranquilo y en absoluta paz”, refirió sobre los últimos momentos que pasó con su padre, la madrugada del 10 de diciembre, en los que pudo “verlo a los ojos mientras en silencio nos decíamos todo y su vida se apagaba”.

Además de aprender con él valores que -asegura- le guiarán durante toda su vida, desde que tenía nueve años Tovar López Portillo acompañó a su padre al Palacio de Bellas Artes, museos, conciertos e inauguraciones, lo que marcó su carácter y personalidad y les acercó hasta tener una “relación única e irrepetible”.

Por otra parte, el académico y músico Carlos Prieto rememoró cómo conoció a Tovar hace más de 40 años, y quedó sorprendido por sus “enciclopédicos conocimientos musicales”, así como de otras temáticas, que coincidían con una “formidable capacidad de trabajo, acción y diálogo con todos los sectores”.

“Recuerdo que me decía que si de niño o muy joven hubiera podido escoger libremente su carrera, se habría dedicado al piano”, afirmó Prieto sobre su amigo, quien era portador de “una inagotable curiosidad intelectual y artística”.

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