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Expertos Universidad de P.Rico creen necesidad crear zonas libres tecnología

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El Programa de Emergencias Pediátricas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, ofreció hoy sus recomendaciones sobre medidas preventivas que se deben tomar al regalar aparatos tecnológicos a los niños estas navidades, que pasan por crear un plan propio para el consumo mediático a crear zonas libres de tecnología.

En un documento difundido hoy, dicho programa señala que el consumo mediático debe hacerse de acuerdo con los valores y el estilo de crianza de su familia.

“Cuando el consumo mediático se hace reflexivamente y de forma adecuada, puede mejorar la vida diaria. Pero, cuando se hace sin pensarlo mucho y de forma inadecuada, puede reemplazar actividades importantes, tales como la interacción o relaciones personales, el tiempo para la familia, el juego al aire libre, el ejercicio, el tiempo de inactividad para estar desconectado y para dormir”, indica.

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A su vez, considera necesario que la familia fije límites como conocer a los amigos de los hijos, tanto en la red como fuera de está y que sepa qué plataformas, software y aplicaciones están utilizando sus niños, qué lugares visitan en la red y qué hacen cuando están en línea.

Hay que lidiar con el mundo de los medios tecnológicos “como lo haría con cualquier otro entorno en la vida de su niño. Las mismas pautas de la crianza se aplican en ambos, el mundo real y el medio virtual”, aseveran los entendidos.

En este sentido, recuerda que el uso de la tecnología, como el resto de las actividades, debe tener “límites razonables” y es necesario hacer del tiempo libre de dispositivos digitales una “prioridad diaria”.

A su vez, advierte de que el juego no estructurado y fuera del mundo digital estimula la creatividad y que las familias y padres “no olviden reunirse con los niños durante el tiempo que no están en línea para jugar con ellos y promover la conexión familiar”.

Pero también, en su medida justa, la participación en familia también es importante para las actividades mediáticas ya que promueve las interacciones sociales, la unión y el aprendizaje.

En el documento de la Universidad de Puerto Rico, también se cree necesario enseñar y ser buen ejemplo de amabilidad y de buenos modales en línea.

“Como los niños son grandes imitadores, limite su propio uso mediático. De hecho, usted estará más disponible y conectado con sus niños si está interactuando, abrazando y jugando con ellos en lugar de estar embelesados frente a la pantalla”, señala.

Tras indicar la necesidad de conocer el valor de la comunicación frente a frente, considera necesario crear zonas libres de tecnología y mantener las horas de comer en familia y otros encuentros familiares y sociales libres de tecnología.

En este sentido, consideran que se deben recargar los dispositivos fuera del dormitorio del niño para ayudarle a evitar la tentación de usarlos cuando debe estar durmiendo.

Por último, cree que no se debe usar la tecnología como un “bobo (pacificador) emocional”.

“Los medios digitales pueden ser muy eficaces para mantener a los niños calmados y callados, pero no debe ser la única forma que utilicen para aprender a calmarse. Se les debe enseñar a los niños a cómo identificar y controlar las emociones fuertes”, señala.

Lo expertos de la Universidad de Puerto Rico, consideran, a su vez, que las relaciones en línea son parte del desarrollo de un adolescente y que las redes sociales pueden ayudarles a explorar y descubrir más sobre sí mismos y a identificar su lugar en el mundo de los adultos.

Por otro lado, cree que hay que advertir a los niños sobre la importancia de la privacidad y los peligros de los predadores y de la práctica del “sexteo”.

“Los adolescentes deben saber que una vez que algún contenido es compartido con otros, no podrán borrarlo o deshacerse de él por completo. Esto incluye enviar mensajes de texto con imágenes indebidas. Deben también estar enterados sobre la forma de configurar las opciones de privacidad, y se les debe advertir que los depredadores sexuales con frecuencia usan las redes sociales, los salones de chat, correos electrónicos y juegos en línea para contactar y explotar a los niños”, manifiesta.

Por otro lado, cree que hay que intentar lidiar con los errores con empatía y hacer que el error se convierta en una lección aprendida.

“Pero algunas indiscreciones, tales como el envío de contenido erótico, hostigamiento, o enviar imágenes haciéndose daño a sí mismos, pueden ser señales de alerta que indican problemas futuros.

Los padres y madres deben echar una mirada más atenta a los comportamientos de sus niños y, si es necesario, conseguir el apoyo de un profesional, incluyendo el de su pediatra”, concluye la Universidad de Puerto Rico.

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