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Recuerdan en la FIL a Elena Garro, una escritora marcada por el miedo

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Con valoraciones de su obra, pero también con un puñado de anécdotas, escritoras mexicanas recordaron a Elena Garro en una jornada de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara en la que también se reconoció a la española Marina Perezagua con el Premio Sor Juana Inés de la Cruz.

Elena Poniatowska, Mónica Lavín y Beatriz Espejo aplaudieron la labor de Garro (1916-1998) en lo literario, especialmente por sus cuentos, aunque no dejaron de mencionar sus sombras en la vida real, como su “complejo de persecución”.

El miedo que sufrió en su vida diaria se transmitió a su obra, en la que este sentimiento es una constante que refleja cómo “nada le da seguridad” y el hogar se vuelve una trampa, afirmó Poniatowska.

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La autora de “Leonora” relató que “a lo largo de su vida adulta ella escribió ‘Empecé a tener miedo cuando me casé’, y siempre hubo alguien al acecho, un hombre o un grupo decidido a eliminarla”.

Sobre todo por haber estado casada con el Nobel de Literatura 1990, Octavio Paz, Garro ha despertado “el morbo y la curiosidad”, y es difícil separar su vida de su obra, por ser autobiográfica.

En cuanto a sus escritos, Lavín destacó la relevancia de dos de sus textos, “La culpa es de los tlaxcaltecas” y “Una mujer sin cocina”.

Cuestionó por qué su novela emblemática, “Los recuerdos del porvenir”, no entra en los programas de estudio escolares, como sí lo hacen otras obras como “Pedro Páramo”, de Juan Rulfo, o “Los de abajo”, de Mariano Azuela.

“¿Por qué no se puede mirar la historia de México, el tiempo de las Guerras Cristeras, de una manera literaria, audaz, donde la mirada es la del pueblo?”, planteó Lavín.

Las tres escritoras llenaron de anécdotas la charla, en la que contaron “chismes” como que Garro se echaba menos años de los que tenía o que era una admiradora de los Romanov y tenía sus teorías sobre el paradero de Anastasia.

Poniatowska señaló que Garro dijo “Quiero ser un ángel, aunque creo que fui un demonio”, añadiendo: “Y sí lo fue”.

Uno de los asistentes preguntó si, a juicio de las escritoras presentes, Garro es la precursora del realismo mágico, como se ha comentado en varias ocasiones.

Espejo se declaró en contra de esta afirmación y dijo que eso sería una “síntesis sencilla” para explicar de dónde viene este movimiento, en el que habría que mencionar a “otros escritores que vinieron primero” para buscar sus raíces.

A lo que Poniatowska añadió que se ha dicho, además, que era “rulfiana”, ya que su obra tiene “grandes coincidencias” con la de Juan Rulfo, como se ve con su unión a los campesinos y la gente humilde.

También se habló de la postura que tuvo la autora tras la matanza de estudiantes de Tlatelolco en 1968, en la que se posicionó en favor del Gobierno, recordó Espejo. “Se dijo que ella delató a (el escritor y activista José) Pepe Revueltas; yo prefiero pensar que no”, agregó.

Después de lo ocurrido, se exilió a Estados Unidos, aunque si se hubiera quedado “no habría pasado nada”, señaló Poniatowska, para quien Garro “era su propia verdugo”.

Tras esto, Lavín dio por terminado el evento, deseando que el público saliera “con ganas de leer a Elena Garro para formar su propia opinión”.

Minutos antes del encuentro sobre Garro, Perezagua recibió el Premio Sor Juana Inés de la Cruz por su novela “Yoro”, de la cual la propia autora dijo que está “articulada casi estrictamente en torno a mujeres que han hecho de su debilidad su mayor fortaleza”.

La obra parte de los efectos que la bomba atómica arrojada por Estados Unidos en 1945 en Hiroshima (Japón) y llega hasta nuestros días de la mano de su protagonista, abordando temáticas como la maternidad y las fronteras borradas entre lo masculino y lo femenino.

La escritora española, que nació en Sevilla en 1978 pero admite ser “de ninguna parte”, reconoció durante el acto que es una admiradora de la poetisa novohispana que da nombre al premio.

Relató que se presentó a su examen de doctorado con la Carta Atenagórica de Sor Juana, de la que destaca la resiliencia que hay en ella.

El Premio Sor Juana Inés de la Cruz se constituyó en 1993 y es un reconocimiento al trabajo literario de las mujeres en el mundo hispano con el que se distingue cada año a la autora de una novela publicada originalmente en español.

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