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El “egoísmo” de la medallista Paola Espinosa

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A los 30 años, después de ganar todo lo posible en su deporte, la saltadora mexicana Paola Espinosa confiesa que subir a la plataforma de 10 metros le genera un “instante egoísta”, del cual espera sacar provecho en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

“Ese momento se vuelve un instante egoísta en el que solo existo yo. Tal vez por el miedo o por estar tan alerta, es ahí cuando mi mente encuentra la manera más fácil de hacer las cosas”, dijo.

Espinosa, originaria de La Paz, en Baja California Sur, ganó medalla de bronce en los clavados sincronizados desde los 10 metros en los Olímpicos de Beijing 2008, y plata en los de Londres 2012, tres años después de haber ganado el título Mundial en Roma 2009.

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Además, suma ocho medallas de oro en Juegos Panamericanos y decenas de preseas en otras competencias de categoría mundial.

“He conseguido todo lo que he querido y por eso el camino hacia Río de Janeiro ha sido distinto y lo he disfrutado más. Sé qué hacer para sentirme mejor y he aprendido a apreciar todo”, dijo.

Encima de unos tacones que disimulan su baja estatura, Paola responde con la sobriedad de una maestra de escuela. Viste una elegante blusa color crema y una falda negra abierta a los lados que deja al descubierto sus fibrosas piernas. A unos 10 centímetros de la rodilla izquierda se ve una pequeña cicatriz, quizás la huella de sus múltiples lesiones en el empeño de volar.

“En tantos años me ha pasado de todo. Tuve problemas de rodilla por años hasta que me operé. Otra lesión terrible en la espalda a veces no me dejó levantarme de la cama, pero no cambio nada porque de todo he aprendido y soy feliz con mi vida”, dijo.

Espinosa es una de las cartas de la delegación mexicana para conquistar medallas. Concursará en saltos sincronizados junto a Alejandra Orozco, con quien ganó plata en Londres 2012. Y en la plataforma individual.

“El cuerpo cambió desde que me hice campeona mundial, eso fue hace tiempo, en 2009, y si bien no puedo competir contra mí misma entonces, confío en las lecciones aprendidas”, explicó.

A su edad las lesiones la atacan con frecuencia, pero ha encontrado atajos para mantenerse, sobre todo después de hacer equipo con el preparador físico cubano Pedro Gato, quien le enseñó cómo hacer rutinas para que sus músculos, tendones y ligamentos mantengan más tiempo la fortaleza.

Para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Espinosa sabe qué necesita. “Entrenarse en estos meses no será solo echarse muchos clavados. Para llegar en forma a Río necesitaré descanso, alimentarme bien, masajes y terapias de recuperación, además de permanecer concentrada, sin otros compromisos”.

“Imagino la competencia olímpica muy cerrada. El nivel subió y ya ni las favoritas chinas lo tendrán fácil. Buscaré la final y una vez allí cualquiera puede ganar medalla. En los sincronizados seremos ocho en la final directa y nos la vamos a jugar”, prometió.

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