Anuncio

Brasileñas en Río, cuando la “Chica de Ipanema” son todas

Share

En la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos la supermodelo Gisele Bundchen recorrió espléndida y al son de la célebre “Chica de Ipanema” la imaginaria pasarela que atravesaba a lo largo el estadio Maracaná. Y desde ese acto realizado el viernes se vislumbró que las mujeres brasileñas iban a tener un rol protagonista en el suceso deportivo que acoge Río de Janeiro.

Por si quedaban dudas, los residentes cariocas amanecieron el martes con una reveladora portada del periódico local O Globo, con fotografía de una aficionada mostrando una camiseta de fútbol de la selección masculina con el número diez de Neymar al dorso, pero el nombre del futbolista del Barcelona tachado.

Justo encima, escrito a mano con rotulador negro, figuraba el de Marta, la indiscutible estrella del combinado femenino ganador de sus dos partidos disputados hasta la fecha por global de 8-1, y que practica además su propia versión del “jogo bonito” que durante décadas encandiló a los seguidores de la apodada “verdeamarela”.

Anuncio

Parte del creciente enamoramiento de la “torcida” respecto al equipo de mujeres tiene que ver con el desencanto que provoca la selección de hombres, incapaz de marcar un solo tanto en sus dos igualadas ante Sudáfrica e Irak. Sin embargo, sería injusto limitar el fenómeno a los logros de Marta y sus compañeras.

Felipe Almeida Wu inauguró el medallero nacional en la disciplina de tiro con pistola de aire comprimido el sábado, al conquistar la plata; pero fue Rafaela Silva, la judoca vilipendiada tras su error en los anteriores Juegos de Londres, quien se colgó la primera presea de oro para el país anfitrión el martes, cuando se impuso en la final a Dorjsurengiin Sumiya, de Mongolia.

La oriunda de la parte oeste de Río, criada en la tristemente célebre favela de Ciudad de Dios, explotó de júbilo tras la victoria que hizo al país vibrar pero no olvidar los lamentables insultos racistas y sexistas que le dedicó buena parte de la población cuatro años atrás.

La respuesta sobre el tatami fue notable, como también lo fue el desempeño de las voleibolistas Agatha y Barbara el lunes sobre la arena de Copacabana, cuando se impusieron en el voleibol de playa, deporte de gran popularidad entre los lugareños, sobre Ana Gallay y Georgina Klug de la archirrival Argentina.

Como en el fútbol, el triunfo de ambas contrastó con la decepción de la derrota del dúo masculino, Alison y Bruno, ante los austriacos Clemens Doppler y Alexander Horst, pero tuvo continuidad en el voleibol de pista cubierta, cuando las anfitrionas se impusieron 3-0 a Argentina para seguir invictas.

Los éxitos para las mujeres siguieron llegando también en balonmano, con la segunda victoria en dos juegos sobre Rumania, aunque la selección de basquetbol masculina finalmente sí dio una buena alegría a la “torcida” el martes, cuando remontó para tumbar 66-65 en los instantes finales a España, una de las consideradas favoritas.

Pero para gestas, la de la judoca local capaz de sobreponerse a las numerosas adversidades.

“Nací en una comunidad que no me permitía plantearme muchos objetivos en la vida. Soy de Ciudad de Dios. Campeona mundial y olímpica. Si tienes un sueño, tienes que creer”, declaró Rafaela tras su victoria, que dedicó al pueblo brasileño.

Poca posibilidad de réplica ofrece el mensaje social de la gran triunfadora del país sudamericano hasta la fecha, así como la denuncia de la admiradora de Marta sobre la imposibilidad de lucir una camiseta oficial con el nombre de su ídolo.

Cuando falla el discurso, mejor recurrir a la música en movimiento, que por ahora interpretan como nadie las mujeres brasileñas en Río, desde Gisele a Marta, pasando por Rafaela. Todas ellas, por momentos, dignas representantes de esa seductora chica de Ipanema.

Y Brasil, entregado, canta al unísono.

“Olha que coisa mais linda.”.

Anuncio