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Trabajo duro rinde frutos para Martínez y Troconis en NASCAR

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Cuando Pedro Martínez se mudó de San Antonio, Texas, a Mooresville, North Carolina, competir en la NASCAR era la última de sus prioridades.

A los 8 años, estaba interesado en otros deportes que se practicaban en el South Iredell High School como el fútbol, la lucha y el boxeo.

No fue sino hasta que sus amigos lo convencieron de asisten a una carrera en el Charlotte Motor Speedway que Martínez empezó a interesarse en la NASCAR y muy pronto no pudo dejarla.

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“Lo que veo en este tipo de competencias es la carga de adrenalina”, dijo Martínez en una entrevista con NASCAR Wire Service antes de las carreras del fin de semana en el Texas Motor Speedway.

Martínez usó su habilidad atlética para desarrollarse como un cambiador de llantas en la NASCAR. Aprendió rápido y encontró la forma de aplicar su pasión por los deportes a una nueva vocación.

“En el fútbol (soccer) el trabajo de los pies es fundamental” dijo, “En la lucha, es la concentración y lo bien que te preparas y en boxeo la habilidad de la coordinación entre las manos y los ojos, lo mismo que haces cuando cambias una llanta y tienes que concentrarte en las tuercas”.

Por su ascendencia hispana, Martínez demostró ser de gran ayuda para que Daniel Suárez, pudiera avanzar en la NASCAR XFINITY y la Camping World Truck Series. Y aunque Martínez trabaja por ahora en el equipo BK Racing en la Sprint Cup Series, también lo hace con la Toyota No. 51 de Kyle Busch Motorsports Truck Series, que conduce Suárez, quien además de aprender los secretos de la NASCAR con Martínez, también perfecciona su inglés.

“Hay muy pocos hispanos en la NASCAR”, dijo Martínez, quien como Suñarez es un producto del programa NASCAR Drive for Diversity. “Comprendo lo difícil que puede ser para él por la barrera del idioma, cuando le tienes que explicar cosas a tu Jefe de Equipo. Esa puede ser la parte más complicada”.

Eduardo “Eddie” Troconis, otro nativo de México, al igual que Suárez, también ha sido parte de su desarrollo y su éxito, gracias a que se pueden comunicar en español.

“El equipo quiso que yo estuviera con el esta temporada para entrenarlo y darle consejos para cuando enfrentara problemas por la barrera del idioma”, dijo Troconis, quien fue el Jefe de Ingenieros de Suárez en la Toyota No. 51 esta temporada.

“Al principio (Suárez) hablaba muy poco inglés, pero ahora ya se siente con más confianza y se hace entender sin problemas. Fue cuando no podía explicar lo que quería del auto que enfrentó algunos problemas y fue cuando lo ayudé más”.

Ahora que Suárez ha mejorado en su inglés lo suficiente,Troconis está trabajando como Jefe de Equipo con la Toyota No. 54 de Kyle Busch Motorsports, con los pilotos Christopher Bell y Gray Gaulding,pero como todavía le da apoyo técnico al equipo de la No. 51, mantiene una relación cercana con Suárez y Martínez.

“He trabajado con Pedro durante muchos años y he visto que ha logrado mucho con su propio esfuerzo”, dijo Troconis, quien intentó hacer una carrera como piloto en la Serie Indy Lights antes de empezar su carrera como ingeniero en la NASCAR. “Es un chico que no tenía nada y luchó por obtener todo lo que quiere.

“Daniel es igual. El sabía que tenía que mejorar la imagen de los pilotos mexicanos que no han logrado éxito en Estados Unidos y ha impresionado a muchas personas con su habilidad al volante y capacidad de aprendizaje, tanto con el idioma como en la pista”.

El padre de Troconis compitió en el automovilismo en México, pero él prefirió sacrificar un futuro en su país natal para intentar triunfar en Estados Unidos dentro de la NASCAR. En sus primeras épocas trabajó con Bob Keselowski y antes de establecerse por completo, dormía en los talleres.

Cuando llegó a Kyle Busch Motorsports, había ocupado prácticamente todos los puestos posibles dentro del equipo, desde mecanizo del del eje delantero, hasta el encargado d elapuest a punto del auto, jefe de carreras y jefe de ingenieros y ahora Jefe de Equipo.

Así que cuando Suárez llegó a Estados Unidos, la primera persona que busco como apoyo fue Troconis.

“Sabía que Eddie estaba aquí y conocí a su padre, quien me dijo que debía buscarlo para cualquier cosa que necesitara”, dijo Suárez.

A Martínez no lo conocía, hasta que quedaron dentro del mismo equipo.

“Lo conocí hace un año y medio”, dijo Suárez. “Y quedé impresionado. Es increíble ver a los hispanos llegar a este deporte y hacer cosas buenas”.

A Suárez lo único que le falta por ahora, es lograr su primera victoria en una serie nacional de la NASCAR, pero sigue trabajando cada fin de semana para lograrlo y quizá lo haga este fin de semana al competir en dos series en el Texas Motor Speedway, a donde Martínez regresará … a su estado natal.

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